Las burlas al cuerpo de Lana Del Rey demuestran que la hipocresía en el mundo de la moda sigue viva
La cantautora de ‘Born to Die’ ha sido víctima de burlas con comentarios gordofóbicos después de que la fotografiaran en un concurso de cocina de chile con carne en Malibú; pero, ¿habría ocurrido lo mismo si fuera Bella Hadid la que luciera unos pantalones de mezclilla holgados y una camiseta recortada? Kate Ng está cansada de la hipocresía
Este fin de semana se han hecho virales unas nuevas fotografías de Lana Del Rey en el concurso Malibu Chili Cook-Off. Lleva unos pantalones de mezclilla azules holgados y una camisa de franela sobre un polo recortado, un bolso rojo de Chanel y una coleta con gomas verdes y doradas. Tiene una apariencia despreocupada. Hidratada. Contenta. En sus propios asuntos.
Así que era seguro que las redes sociales se fijarían en el aspecto de la cantante en el mismo momento en que las imágenes llegaran a Internet. Del Rey tiene un aspecto diferente a sus 37 años que el que tenía en su época de Born to Die, cuando tenía veintitantos años. Como era de esperar, esto ha suscitado todo tipo de comentarios desagradables sobre la gordura, a pesar de que la talla de Del Rey no es de nuestra incumbencia. En medio de la abundancia de gordofobia, algunos también criticaron el estilo de Del Rey en las fotografías, y describieron su ropa como “horrible” y que “no podría encontrar un atuendo menos favorecedor”. Otros salieron en defensa de Del Rey: “Si una celebridad delgada como un palo llevara esto, se lo pasarían y dirían que se ve increíble”.
Hay mucho de verdad en esto. Un atuendo similar usado, por ejemplo, por la supermodelo Bella Hadid, se convierte rutinariamente en “meta de la moda”. Pero no se usa el mismo criterio para alguien más grande: el mismo sentido del estilo se distorisiona y se convierte en objeto de críticas y burlas. El hecho de que esto siga ocurriendo en 2022 demuestra lo poco que nos hemos alejado del privilegio de la delgadez y la gordofobia, ya que las personas que no son delgadas siguen teniendo que esforzarse mucho más para demostrar que tienen estilo.
“El atuendo no se considera elegante o de moda porque el cuerpo que lo lleva no lo es”, dice Chanelle Mauricette, una modelo de talla grande que defiende la positividad corporal en su Instagram. “Las modelos delgadas, [y] las mujeres delgadas, llamativas y hermosas son aclamadas por sus elecciones de atuendo porque su aspecto se extiende a través de su ropa. Lo mismo ocurre con las mujeres más grandes, pero con el efecto contrario”.
Solía pensar que nunca podría esperar estar a la moda debido a mi cuerpo. Mientras navego por las redes sociales, inevitablemente aparece una persona delgada y guapa con una camiseta básica y un pantalón de mezclilla. Siempre tiene un aspecto devastadoramente fresco, apoyada en una pared o posando despreocupadamente frente a un espejo. La publicación será insoportablemente popular, con miles de likes y emojis de ojos de corazón que inundan los comentarios.
Pero si yo me pusiera todos los componentes del mismo atuendo, me sentiría inmediatamente decepcionada. Sentiría que de alguna manera no había logrado encarnar el mismo nivel de frescura que esas mujeres. Pensaría que la culpa era de mi cuerpo por tener un aspecto desaliñado en lugar de genial, sencillo en lugar de elegante. Tal vez, como una persona más grande, ser elegante no estaría entre mis posibilidades.
Mi perspectiva cambió por completo cuando, hace unos años, me encontré con uno de los mejores consejos de moda que jamás había escuchado. Cuando el movimiento body positive se generalizó en Instagram, muchos influencers empezaron a aconsejar a sus seguidores que se preguntaran: “¿Es delgado o ‘le queda bien’?”. Esto significaba cuestionar el contenido de moda con el que nos alimentan día a día, dar un paso hacia atrás y preguntarnos si el atuendo que lleva una persona es realmente bueno, o si simplemente hemos sido condicionados a pensar que se ve bien porque la persona que lo usa es delgada.
La idea se ha popularizado en los últimos dos años en TikTok, donde una tendencia llamada “¿Es delgada o está a la moda?” se trataba de que los usuarios examinaran el estilo de las estrellas de la moda como Kendall Jenner y Hailey Baldwin. Los usuarios de TikTok de tallas grandes empezaron a recrear conjuntos que veían en celebridades y modelos delgadas, juzgando si la ropa era realmente interesante. Pero esta ola de autoconciencia no ha durado, y, como lo ilustra el discurso en torno a la apariencia de Del Rey, volvemos a estar en el punto de partida.
“El hecho es que los cuerpos más grandes no son vistos ni aceptados como bellos”, afirma Mauricette. Aunque el movimiento de la positividad corporal ha contribuido a normalizar los cuerpos que no son supermodelos, “los cuerpos más grandes [siguen] marginados por los estándares de belleza convencionales”, mientras que muchas mujeres delgadas y sin discapacidad han “ocupado un gran espacio en el movimiento”, añade. En particular, el espacio ha sido consumido por la tendencia de mujeres convencionalmente atractivas que publican selfies “posadas versus relajadas” de ellas mismas, en los que una foto tomada en un ángulo específico para que aparezcan en su estado más delgado se coloca al lado de otra selfie que muestra el más mínimo indicio de una lonja.
Felicity Hayward, modelo de talla grande y autora de Does My Butt Look Big in This?, dice que “la razón por la que el público se burla tan rápidamente del peso de alguien es el hecho de que todavía vivimos en una cultura gordofóbica”. Añade que los medios de comunicación quieren “controlar nuestra opinión sobre los cuerpos y [hacernos odiar] a las personas que han engordado, para acabar vendiendo planes de dieta, tés para adelgazar y productos de belleza que cambian el cuerpo”.
“Si echas un vistazo a los últimos 100 años y a cómo se manipula a las mujeres en particular a través de la imagen corporal, no es de extrañar que sigamos teniendo gente que se burla de otras personas para que cambien de peso. Hemos pasado de los años 20, cuando se les daba a las mujeres tenias para que perdieran peso, [a] los años 40, [cuando] se les decía que fumaran cigarrillos para reducir el apetito, hasta los años 90, cuando el término ‘heroína chic’ estaba de moda. Tenemos que dejar de vigilar el cuerpo de las mujeres, sobre todo cuando se hace desde la codicia, el poder y el dinero que se gana con la venta de productos”.
Ver a Del Rey, quien en su etapa más delgada fue idolatrada como una “reina” o una “diosa”, recibir críticas por atreverse a engordar ha sido exasperante. Perpetúa la idea de que las mujeres deberían avergonzarse de que sus cuerpos cambien y que la gordura debería ocultarse a la vista del público. Yo, por mi parte, planeo seguir usando lo que quiero. No importa lo fea que me haga sentir el Internet.