Qué características comparten los asesinos en serie como Jeffrey Dahmer
Debido a la crudeza de sus crímenes, los asesinos en serie despiertan un gran interés. Estas son algunos de los rasgos que tienen en común, según algunos psicólogos y psiquiatras que los han estudiado a fondo
Conocido como el “caníbal de Milwaukee” porque después de matar y desmembrar a sus víctimas guardaba sus restos en un refrigerador para comérselos, el caso de Jeffrey Dahmer ha sido objeto de múltiples estudios, libros, películas y series de televisión que han tratado de explicar cómo funciona la mente de un asesino en serie.
Aunque a Dahmer (1960-1994) se le diagnosticó un trastorno de límite de la personalidad, un trastorno esquizotípico de la personalidad y un trastorno psicótico, se encontró que estaba cuerdo cuando se le enjuició por haber asesinado a 17 hombres y niños entre 1978 y 1991. Además de canibalismo, muchos de sus asesinatos involucraron necrofilia y la preservación permanente del esqueleto.
Una de los momentos que más llamó la atención durante su juicio fue cuando declaró al tribunal: “Nunca quise la libertad. Francamente, quería la muerte para mí. Sabía que estaba enfermo o era malo o ambos”.
En 1992 se le sentenció a 16 periodos de cadena perpetua. Dos años después, en 1994, lo asesinó a golpes Christopher Scarver, un compañero de prisión en Portage, Wisconsin. Luego de su muerte, la madre de Dahmer le pidió a las autoridades que le hicieran una necropsia al cerebro de su hijo para tratar de entender por qué había cometido crímenes tan atroces.
Sus biógrafos aseguran que Dahmer fue un niño tranquilo, pero provenía de una familia disfuncional. Su madre sufría depresión al grado que intentó suicidarse y su padre era una figura ausente. Al final, la pareja se divorció cuando Dahmer tenía 18 años.
Desde temprana edad, Dahmer se interesó por los animales muertos y por coleccionar esqueletos en formaldehído. En la preparatoria, se dedicó a beber y a burlarse de quienes sufrían parálisis cerebral. Fue en este periodo cuando descubrió que era gay, pero no se lo dijo a sus padres. Más tarde reconoció que tenía la fantasía de dominar a un compañero masculino sumiso y que esa fantasía involucraba la disección.
Elementos comunes
Quienes se han dedicado al estudio de la psicología de los asesinos en serie, como Dahmer, indican que, aunque hay variaciones en algunas de sus características, suelen compartir varios elementos comunes, entre ellas que su principal motivación se basa en la gratificación psicológica que les proporciona cometer sus crímenes.
Cabe aclarar que un asesino en serie es aquel que priva de la vida al menos a tres personas de manera intencional y generalmente con premeditación durante un extenso periodo, con un lapso de enfriamiento entre cada crimen.
Este tipo de asesino es diferente al de asesino en masa, que mata a un número elevado de personas en un lapso corto, y al asesino relámpago, que comete numerosos homicidios en un breve periodo y en distintos lugares.
A diferencia de estos asesinos, que a menudo actúan por motivos políticos o de odio, los expertos destacan que los asesinos en serie tienden a ser selectivos al acechar a sus víctimas, suelen seguir una misma metodología y sus crímenes están motivados por una multitud de impulsos psicológicos, en especial, por ansias de poder y una compulsión sexual.
Oscar Castillero Mimenza, graduado en Psicología Clínica por la Universidad de Barcelona, quien ha estudiado numerosos casos de asesinos en serie, indica que las características que comparten estos individuos son las siguientes:
Falta de empatía: Se caracterizan por su extrema frialdad, son incapaces de ponerse en el lugar de la víctima. En lugar de sentir compasión por el otro, sus crímenes son una fuente de satisfacción y placer. Muchos de ellos son considerados psicópatas y tienen una visión distorsionada de la realidad.
Víctimas vulnerables: Por lo general eligen como sus víctimas a personas a las que ven débiles o sumisas porque eso les facilita tener el control y poder sobre ellas en todo momento.
Infancia adversa: Muchos asesinos en serie han tenido una niñez difícil, provienen de familias disfuncionales, han sufrido abandono, falta de amor e incluso abuso, ya sea por parte de sus propios familiares o de extraños. Esto ayuda a explicar su falta de empatía y de preocupación por los demás.
Apariencia de normalidad: Con algunas excepciones, los asesinos en serie no demuestran en público conductas extrañas que llamen la atención de los demás con el fin de que sus crímenes puedan pasar desapercibidos por años.
Manipuladores e incluso seductores: Casi todos tienen una elevada capacidad para manipular y seducir a los demás. Estas habilidades son justamente las que les ayudan a acercarse sin problema a sus víctimas. Es frecuente que establezcan relaciones con relativa facilidad, pero estos lazos son temporales y superficiales.
Organizados y desorganizados
El FBI, por otra parte, ha clasificado a los asesinos en serie en dos tipos principales: los organizados y los desorganizados.
Los organizados por lo general tienen un alto coeficiente intelectual, planifican de manera metódica sus crímenes y pueden tardar años en cometer un homicidio. A veces actúan por despecho y otras debido a trastornos. Por lo común, secuestran a sus víctimas después de ganarse su confianza. Luego las matan y se deshacen de ellas en otro momento.
Los desorganizados tienen un coeficiente intelectual bajo o promedio y cometen sus crímenes de manera impulsiva. Matan cuando se les presenta la oportunidad y no se preocupan por deshacerse del cuerpo de su víctima. A menudo son antisociales y tienen un historial de problemas mentales.
Según los estudios efectuados por el FBI, muchos asesinos en serie muestran ciertos aspectos de los dos tipos mencionados, aunque predominan las características de un tipo. Algunos de estos asesinos sufren de personalidad múltiple, lo que los lleva a cometer homicidios tanto organizados como desorganizados.
Clasificación por motivaciones
El FBI considera también que los asesinos en serie se pueden encasillar en cinco categorías, de acuerdo con las motivaciones que los impulsan a cometer sus crímenes:
Esquizofrenia: Contrario a la creencia popular, rara vez los asesinos en serie son esquizofrénicos o sufren de alucinaciones, aunque muchos pretenden ser exculpados bajo el argumento de que padecen locura.
Misioneros: Se llaman así porque consideran que asesinan solo a personas indeseables para la sociedad. Las prostitutas son víctimas frecuentes de estos criminales.
Hedonismo: Matan por el simple placer de hacerlo. Algunos gozan al perseguir y encontrar a su víctima y otros al torturarla o abusar de ella.
Lucro: Por lo general, quienes matan por dinero no están considerados como asesinos en serie porque su su motivo es económico, no una compulsión psicopatológica. Sin embargo, hay algunos casos en los que las dos motivaciones se unen.
Poder/control: Este es el tipo de asesino en serie más común porque su principal objetivo es ejercer poder sobre su víctima. En esta categoría se encuentran quienes fueron maltratados de niños. Muchos de ellos abusan sexualmente de sus víctimas, pero no por lujuria, sino porque es una forma de martirizar al otro.