Cazadores de alienígenas deberían guiarse por las luces en los ‘planetas urbanizados’, sugiere un estudio
Con el telescopio espacial James Webb surcando los rincones inexplorados, enviando fotos a la tierra de las maravillas que ocurren fuera del alcance de la vista humana, y por supuesto, prestando atención a algún indicio de inteligencia extraterrestre, debería dejarse guiar por la luz óptica de menor longitud de onda.
¿Existe una civilización alienigena al lado? La búsqueda de vida más allá de la tierra no es algo nuevo ni reciente.
Desde el espacio, el signo más evidente de que alguien vive en la Tierra es el brillo de la parte nocturna de nuestro planeta. Nuestras ciudades emiten una luz que se desprende hacia el Cosmos. El problema es que nuestra actual generación de telescopios no es lo suficientemente potente como para ver las luces de mundos lejanos. Pero varios investigadores están probando las capacidades de la próxima generación de telescopios que ya está en fase de diseño. ¿El resultado? ¡Sí! Sí, son lo suficientemente avanzados... o brillantes... seríamos capaces de ver si otra civilización tiene las luces encendidas en Próxima Centauri.
Por eso ahora, los científicos que buscan señales de tecnología extraterrestre, deberían estar atentos a las luces de las ciudades en los exoplanetas, según sugiere un nuevo estudio.
Ahora, con el telescopio espacial James Webb surcando los rincones inexplorados, enviando fotos a la tierra de las maravillas que ocurren fuera del alcance de la vista humana, y por supuesto, prestando atención a algún indicio de inteligencia extraterrestre, debería dejarse guiar por la luz óptica de menor longitud de onda.
Por ejemplo, los extraterrestres más avispados que escudriñen la Tierra por la noche podrían deducir nuestra presencia a través de las emisiones de las luces de las ciudades, aunque dichas emisiones estén relativamente concentradas. Y es posible que las civilizaciones avanzadas de los exoplanetas hayan construido ciudades en una superficie considerablemente mayor de sus planetas.
"Estos planetas más urbanizados tendrían un mayor brillo nocturno por las luces de las ciudades y serían, por tanto, más fáciles de detectar", escriben los autores del nuevo estudio.
¿Civilizaciones espaciales?
A finales de 2020, los científicos descubrieron la señal procedente de Próxima Centauri, nuestra estrella vecina más cercana. Bautizada como BLC- 1 por el proyecto Break Through Listen, la señal aún está siendo analizada para asegurarse de que no es un simple eco de nuestra propia civilización, lo que suele ser habitual.
Ahora la pregunta es: ¿por qué no mirar directamente a los planetas de Próxima Centauri y ver si hay una civilización allí?
“Próxima Centauri”, es una estrella demasiado tenue para verla desde la Tierra a simple vista que, sin embargo, está a un tiro de piedra cósmico, a sólo 4,2 años luz. La señal, que ha captado la atención de la comunidad científica desde que se la descubrió en 2020, parece emanar de la dirección de nuestra estrella vecina y aún no puede descartarse como una interferencia basada en la Tierra, lo que plantea la muy débil posibilidad de que se trate de una transmisión de alguna forma de inteligencia extraterrestre avanzada (ETI), lo que se conoce como “tecnosignatura”.
En declaraciones a Scientific American, los científicos responsables del descubrimiento advierten que aún queda mucho trabajo por hacer, pero admiten que el interés está justificado. “Tiene algunas propiedades particulares que hicieron que pasara muchas de nuestras comprobaciones, y todavía no podemos explicarlo”, dice Andrew Siemion, de la Universidad de California en Berkeley.
Lo más curioso es que ocupa una banda muy estrecha del espectro radioeléctrico: 982 megahercios, en concreto, que es una región típicamente desprovista de transmisiones de satélites y naves espaciales de fabricación humana. “No conocemos ninguna forma natural de comprimir la energía electromagnética en una sola franja de frecuencia” como esta, afirma Siemion. Tal vez, dice, alguna peculiaridad exótica aún desconocida de la física del plasma podría ser una explicación natural para las ondas de radio tentadoramente concentradas. Pero “por el momento, la única fuente que conocemos es tecnológica”.