Bad Vegan: Una adorable celebridad vegana, un fraude de US$2 millones y la pizza de Domino’s que fue su ruina
‘Bad Vegan’, el nuevo documental de Netflix, narrará la caída de Melngailis, quien alegó que su esposo ejerció una gran influencia sobre ella; Clémence Michallon lo analiza
Pure Food and Wine, un restaurante vegano ahora desaparecido, llegó a la escena gastronómica de Nueva York en el momento perfecto. Se inauguró en 2004, cuando la idea de la cocina crudivegana todavía parecía lo suficientemente novedosa como para incitar a la curiosidad. Escondido en la parte inferior de un edificio en el vecindario de Gramercy, una cuadra al este de Union Square, se convirtió en uno de los primeros restaurantes de la ciudad en servir solo comida cruda. Desde el principio, generó expectación y captó la atención de los bloggers de comida.
La artífice del lugar fue su cofundadora y propietaria Sarma Melngailis. Originaria de Newton, Massachusetts, con títulos de la Universidad de Pensilvania y de la prestigiosa Escuela Wharton, trabajó en un par de despachos de inversión antes de cambiar de aires e inscribirse en la escuela culinaria. Melngailis se graduó del Centro Culinario Internacional, entonces conocido como el Instituto Culinario Francés, apenas unos años antes de abrir Pure Food and Wine.
Durante un tiempo, el restaurante pareció prosperar. Se convirtió en un lugar de moda para las celebridades: Alec Baldwin y su esposa Hilaria Baldwin han dicho que fue el lugar de su primera cita; Boy George fue entrevistado una vez por The New York Times mientras comía porciones de coliflor y polenta de maíz dulce de Pure Food and Wine. La revista New York elogió su comida “deliciosa” y la “feliz falta de pedantería” de su personal. En 2009, la actriz Alicia Silverstone, en una columna de un diario gastronómico para Grub Street, informó que se había dado un festín con la “increíble ensalada de rúcula con avellanas y ‘queso’” del lugar, un platillo de queso vegano “hermosamente preparado y tan delicioso” y “un helado con trocitos de menta que estuvo tan increíble”.
Pero unos años más tarde, en 2015, Pure Food and Wine colapsó. Los empleados renunciaron dos veces ese año por presuntos salarios impagos. Melngailis aparentemente desapareció en dos ocasiones. “Ella realmente se esfumó del mapa”, dijo un exempleado para Gothamist en julio.
El próximo documental sobre crímenes reales que se estrenará en Netflix trata sobre lo que le sucedió a Melngailis aproximadamente en esas fechas. Bad Vegan, que se estrenará en la plataforma el 16 de marzo, narrará cómo Melngailis conoció a Anthony Strangis, un hombre con el que finalmente terminaría casada y quien, según ella, ejerció una gran influencia en su vida, pues le prometió grandes recompensas si accedía incondicionalmente a sus solicitudes, sin importar lo extrañas que fueran.
La historia, según Netflix, es la de una mujer que una vez estuvo en la cúspide de la comida vegana de Nueva York, hasta que conoció a Strangis en Twitter, comenzó a “drenar los fondos de su restaurante y canalizar el dinero hacia [él]”, y que incluso en cierto punto ella pensó que él tenía el poder para convertir en inmortal a “su amado pitbull”, para finalmente darse a la fuga, acusada de robar casi US$2 millones del restaurante y sus empleados. Su aventura terminó en 2016, cuando Strangis ordenó una pizza de Domino's con su nombre real, lo que permitió a las fuerzas del orden localizarlos a él y a Melngailis.
En retrospectiva, hubo señales tempranas de problemas en la historia de Pure Food and Wine.
Matthew Kenney, el chef original del restaurante y alguna vez novio de Melngailis, renunció en 2005 y fue demandado por el restaurador Jeffrey Chodorow, con quien Melngailis había abierto el lugar. Esto sucedió después de que Kenney y Melngailis se separaron. Chodorow acusó a Kenney de presuntamente atraer a exempleados de Pure Food and Wine para su propia empresa; Kenney negó las afirmaciones y le dijo a The New York Times que “algunos empleados” se habían comunicado con él y que tenía “las cartas para probarlo”. Mientras tanto, Melngailis le dijo al periódico: “Todo es muy complicado, así que prefiero no comentar”.
No mucho después, en 2007, Melngailis, quien para entonces había inaugurado varias otras empresas además de Pure Food and Wine, insinuó que existían más problemas en una publicación de blog.
Según Vanity Fair, ella respondió a un correo electrónico en el que alguien describía su vida como una “vida de ensueño”: “Y entonces pienso que todas estas personas probablemente se atragantarían si supieran que no solo a menudo me siento completamente agotada, hastiada e incluso al borde de un ataque de nervios, sino que además tengo una deuda personal de unos cientos de miles de dólares. . . que estoy llena de una rabia ardiente por haber construido este imperio. . . y que tengo un trastorno alimentario destructivo residual latente en el que ocasionalmente recaigo”.
Pero nada de esto se compara con lo que sucedió después de que Melngailis conoció a Strangis.
Se cree que ambos comenzaron a hablar en 2011, a través de Twitter. El equipo de Melngailis le aseguró a Vanity Fair que Strangis usó la plataforma para interactuar con la cuenta de Alec Baldwin (Baldwin era cliente de Pure Food and Wine y, para entonces, amigo de Melngailis). El abogado de Strangis negó que Strangis haya utilizado las cuentas o los nombres de usuario vinculados con la acusación, o que haya intentado ingresar en la órbita virtual de Baldwin.
Melngailis y Strangis se conocieron en persona en noviembre de 2011, según Vanity Fair. Se cree que se casaron alrededor de diciembre de 2012 (se emitió una licencia de matrimonio para ellos el 5 de diciembre, según la revista; las licencias de matrimonio son válidas en el estado de Nueva York por un periodo de 60 días después de su emisión). Ella le dio a conocer Pure Food and Wine “en algún momento de 2013”, informó Forbes en 2017.
Las autoridades alegarían más tarde que Strangis comenzó a gastar el dinero de Melngailis. Según una acusación presentada en mayo de 2016, “desde enero de 2014 hasta enero de 2015… Melngailis transfirió más de US$1,6 millones de las cuentas comerciales a su cuenta bancaria personal. Strangis gastó casi US$1 millón de estos fondos en Foxwoods Resort Casino en Connecticut, más de US$200.000 en Mohegan Sun Resort Casino en Connecticut, más de US$80.000 en minoristas de relojes especializados, incluidos Rolex y Beyer, más de US$70.000 en hoteles en Europa y Nueva York, y más de US$10.000 en viajes de Uber. También retiró cientos de miles de dólares en efectivo”.
Mientras tanto, según una versión de los hechos contada a Vanity Fair por una fuente (o fuentes) cercana(s) a Melngailis y rechazada por el abogado de Strangis, Strangis presuntamente había comenzado a hacer distintas afirmaciones (por ejemplo, que la computadora de Melngailis había sido hackeada y que ella necesitaba enviarle por correo electrónico su información de inicio de sesión a su experto en mensajes de texto; que algunos de sus familiares y empleados eran “camisas rojas”, es decir, malas personas; y que Melngailis tuvo que someterse a una serie de “pruebas” que, según Melngailis, supuestamente la empoderarían).
“Yo tendría acceso a recursos ilimitados para poder expandir mi marca a todo el mundo, hacer el documental que siempre quise hacer, el que finalmente cambiaría las conductas de las personas y ayudaría a erradicar la ganadería industrial. Básicamente, podría hacer todas las cosas que cambiarían el mundo con las que había soñado en silencio. Podría ayudar a quien quisiera y permanecer joven para siempre haciéndolo”, declaró para Vanity Fair. En un momento, dijo Melngailis, presuntamente la convenció de que “entre las cosas que se me concederían”, su perro Leon sería “inmortal y estaría a mi lado por la eternidad”. (El abogado de Strangis negó esas afirmaciones cuando Vanity Fair las reportó).
Según la acusación emitida contra Melngailis y Strangis, Melngailis dejó de hacer acto de presencia en sus empresas, incluida Pure Food and Wine, en 2014, “pero le dijo al personal a través de correos electrónicos que estaba trabajando para hacer crecer y expandir el negocio”, declaró la Oficina del Fiscal del Distrito de Brooklyn en 2016. Presuntamente no pudo pagarles a los empleados en abril, mayo, julio, agosto y noviembre de ese año. “En agosto de 2014, Strangis (con el alias de ‘Shane Fox’) tuvo una reunión de personal e hizo numerosas declaraciones falsas, incluida la afirmación de que estaba en proceso de comprar la empresa ‘en el papel’”, agregó la oficina del fiscal. “En enero de 2015, sus cheques rebotaron, con lo que dejó a 98 trabajadores sin pago. Ellos se negaron a trabajar, a pesar de la insistencia del dueño, y el negocio cerró”.
En febrero de 2015, Melngailis presuntamente buscó obtener inversiones de parte de los anteriores patrocinadores para reabrir la empresa y, según las autoridades, “declaró falsamente que tuvo que retirar dinero en 2014 para ayudar a su madre”. “Con base en sus mentiras, cuatro personas invirtieron un total de US$844.000 y ella usó parte de este dinero para pagar a los exempleados y liquidar otras cuentas”, declaró la oficina del fiscal.
Después de la reapertura de Pure Food and Wine, Melngailis presuntamente trató de tranquilizar a los inversores diciéndoles que estaba buscando vender el negocio a un hombre llamado Michael Caledonia. En mayo de 2015, un inversor presuntamente descubrió que Caledonia era en realidad Strangis.
“Para junio de 2015, Melngailis presuntamente transfirió más de US$400.000 de las cuentas comerciales a su cuenta personal”, escribió la oficina del fiscal.
“Ella retiró más de US$100.000, transfirió más de US$300.000 a Foxwoods a nombre de su esposo y pagó casi US$25,000 en los casinos de Connecticut, según la investigación. Cuando los cheques de pago de los empleados rebotaron nuevamente, les envió mensajes de texto y correos electrónicos en los que prometía arreglar todo y amenazó con despedir a cualquiera que se negara a trabajar, según los hallazgos de la investigación. En julio de 2015, los empleados cerraron definitivamente la empresa. Los demandados presuntamente defraudaron a 84 trabajadores con hasta US$3.500 cada uno, por un total de más de US$40,000”.
Se cree que Melngailis y Strangis abandonaron Nueva York en el verano de 2015, según la oficina del fiscal. Presuntamente fueron rastreados en Las Vegas, Luisiana y Tennessee. En este último estado fue donde se les arrestó el 10 de mayo de 2016, en un hotel en Sevierville, a unas 20 millas (32 kilómetros) de Knoxville, donde, según Vanity Fair, estuvieron “escondidos durante 40 días y 40 noches”, hasta que un pedido de un “pastel de queso no crudo ni vegano (y una guarnición de alitas de pollo)” de Domino's reveló su ubicación.
Entre los dos, Melngailis y Strangis enfrentaron cargos que incluyeron hurto mayor en segundo grado, fraude fiscal criminal en segundo grado y un plan para defraudar en primer grado. Cada uno se enfrentaba hasta a 15 años de prisión. Ambos aceptaron acuerdos de culpabilidad. Melngailis se declaró culpable en mayo de 2017 por hurto mayor, fraude fiscal criminal y plan para defraudar, informó el New York Post en ese momento. Cumplió cuatro meses en Rikers Island y fue liberada en octubre de 2017 con cinco años adicionales de libertad condicional. Strangis pasó un año tras las rejas entre mayo de 2016 y mayo de 2017; también fue sentenciado a cinco años de libertad condicional como parte de su propio acuerdo de culpabilidad.
Bad Vegan se emitirá en Netflix el 16 de marzo.