Patrisse Cullors: el arte es vocación y una salvación

Después de varios años de controversia, Patrisse Cullors se enfoca en su arte

Jocelyn Noveck
Miércoles, 12 de abril de 2023 20:15 EDT

Patrisse Cullors estaba sentada en una mesa afuera de Crenshaw Dairy Mart, el colectivo de arte que cofundó en Inglewood, California, aprovechando un raro descanso en las lluvias de marzo cuando su teléfono vibró con un mensaje de texto hace unas semanas.

Cullors sonrió con satisfacción, una de sus obras de arte acababa de venderse. La obra, un tapiz hecho con tela de Mali teñida con barro fermentado y adornado con conchas de cauri, forma parte de su exhibición actual en la Galería Charlie James en el barrio chino, una exhibición que honra las tradiciones de la religión Ifá de los yoruba en África Occidental.

Unas noches antes, la artista y activista, famosa por ser una de las fundadoras del movimiento Black Lives Matter (BLM por sus siglas en inglés), había experimentado otro momento artístico satisfactorio, una actuación en solitario en el museo Broad en la que desplegó un gorro de 360 pies (110 metros) de largo, concebido como un símbolo de protección para las mujeres negras, entre otras cosas, en un performance sobre la curación en medio del odio.

Cullors se inclina hacia su arte en estos días, obteniendo sustento y perspectiva con ella. Habló del tema no sólo como una vocación, sino como un medio de salvación. Acusaciones de mala gestión financiera en BLM, la llevaron a renunciar en 2021 y la hirieron tan profundamente, que su salud mental estaba en peligro y le hicieron temer por su propia vida, dice ella. Lo que finalmente la ha salvado más de una vez, siente, es su arte.

“Gran parte de los últimos años ha sido, para ser realmente honesta, una profunda depresión y ansiedad y mucho trauma, mucha congelación, mucho miedo”, dijo, “Seguí volviendo al arte, y cada vez que volvía al arte, me sentía como yo otra vez. Me sentiría más conectada de nuevo y me sentiría más esperanzada”.

“Hacer arte ha salvado mi vida una y otra vez”, agregó.

En 2019, después de casi siete años en el foco de la atención pública como cofundadora de BLM, Cullors pensó en hacer una transición silenciosa del liderazgo en BLM Global Network Foundation, Inc. Pero en 2020, después del asesinato de George Floyd y una marea de donaciones a la fundación de BLM en medio de históricas protestas por la justicia racial en todo Estados Unidos, Cullors se convirtió en la directora ejecutiva de tiempo completo de la organización. Ella dijo que tenía la intención de ayudar a construir la infraestructura de la fundación para que pudiera administrar el aumento de recursos.

Después de que la organización revelara que había recibido cerca de 90 millones de dólares en donaciones hasta principios de 2021, Cullors y la fundación fueron objeto de fuertes críticas de izquierda y derecha y de dentro y fuera del movimiento en general. Los críticos de extrema derecha publicaron informes sobre la compra de una casa en el sur de California por parte de Cullors y muchos de la izquierda impulsaron acusaciones no comprobadas de que ella hizo un mal uso de los fondos donados. La controversia finalmente se calmó, pero no antes de que Cullors contratara seguridad por temores sobre su propia protección. Renunció a la fundación en mayo de 2021.

Luego, en 2022, las críticas a Cullors y BLM se intensificaron nuevamente, después de que la fundación confirmara en declaraciones de impuestos sin fines de lucro que gastó 6 millones de dólares en un complejo del área de Los Ángeles que incluye una casa con seis habitaciones y baños, una piscina, un estudio de sonido y una oficina. La fundación ha dicho que la propiedad se usa como campus para una beca de artistas negros, pero Cullors también reconoció haber usado la casa por motivos personales en dos ocasiones.

Cuando la controversia se desvaneció el año pasado, Cullors se centró en su arte. Pero a principios de 2023, la tragedia golpeó a la familia de Cullors, su primo Keenan Anderson, de 31 años, padre de un niño de 5 años y profesor de inglés en una escuela secundaria en Washington, murió después de recibir una descarga eléctrica con una pistola paralizante por parte de la policía de tránsito de Los Ángeles. Cullors se unió a miembros de la familia y activistas locales para pedir reformas policiales.

Y recurrió al arte, en cierto sentido, para expresar su dolor, en la influyente feria de arte Frieze Los Ángeles, realizó un “performance disruptivo” en febrero junto con su colega activista JaQuel Knight, una protesta pacífica para llamar la atención sobre las muertes de afroamericanos por infracciones de tránsito.

Hasta ahora, el año ha sido muy ocupado para la artista, activista y autora que también tiene un contrato varios años con Warner Bros. para televisión y está trabajando en un programa sobre el impacto de las políticas locales en las mujeres.

Su presentación reciente en el Broad, la segunda en el museo de arte contemporáneo, fue parte de una velada que se centró en los efectos del colonialismo en la literatura, el lenguaje y la música de las personas de color. Reflejó su experiencia con lo que ella describe como “el impacto de los medios de comunicación de derecha en los negros y en los líderes negros a través de campañas de desinformación específicas”, y se centró en la curación.

El performance, titulado “Don’t Disappear Us/Keep us Leaping/Low Riders and Bonnets that Heal” (No nos desaparezcan/Manténganos saltando/ Low Riders y Bonnets que curan) se centraba en artefactos aparentemente mundanos como el gorro conocido como bonnet, que Cullors dice que tiene un simbolismo protector para las mujeres negras, un auto modificado conocido como lowrider y un trampolín. La pieza incluía a un cantante en vivo y una grabación de Cullors cantando en su práctica religiosa Ifá.

La religión también será un tema de una exposición de varios artistas que comenzará en octubre en el Museo Fowler de la Universidad de California en Los Angeles, que destacará el arte yoruba y presentará obras de Nigeria, Brasil, Cuba y Estados Unidos. Cullors contribuirá con “Free Us” (Libérennos), una instalación acompañada de una pista de audio de oraciones, junto con varias obras de medios mixtos y un performance el 28 de octubre.

La práctica religiosa de Cullors es el tema de su exposición actual en una galería en el barrio chino, “Freedom Portals” (Portales de libertad), una colaboración con el artista residente en Los Angeles noé olivas, a quien conoció durante sus estudios de posgrado en arte en la Universidad del Sur de California, que ha sido prorrogada hasta el 15 de abril. La exposición también retrata la religión Ifá, comprende 12 tapices, ilustraciones de “Odu”, o libros de literatura oral que contienen enseñanzas poéticas. Eventualmente, Cullors quiere crear 256 tapices de este tipo, uno por cada una de las enseñanzas poéticas de los Odu.

Al dar un recorrido a un invitado por la galería, explica los materiales simples (textiles antiguos de Malí, hilo negro y conchas de cauri), algunos fundidos en oro brillante, que son simbólicos en la religión y también un elemento de decoración en coronas y prendas.

"Esta obra es realmente una oda a la tradición Ifá y a la simbología antigua”, dice Cullors. Ella explica cómo un amigo le dio la tela antigua de Malí. “Es importante para mí no ser parte del mundo de los desechos, así que los textiles antiguos teñidos con barro son fundamentales para construir estas obras”. En cuanto al hilo, estaba tirado por su casa.

Los objetos están pensados para honrar la tradición, pero también para ser vistos “en respuesta al momento contemporáneo y su ritmo acelerado y el consiguiente agotamiento”, dicen los materiales de la galería.

El autocuidado es algo en lo que Cullors se enfoca estos días, especialmente a través del arte. “He pasado la mayor parte de mi propia vida luchando en nombre de los demás”, dice ella. “Pero en los últimos años me ha costado mucho descubrir cómo luchar por mí misma y luchar por mi salud mental, espiritual y emocional”.

“Estas obras de arte son un llamado profundamente personal para luchar por mí misma, especialmente como mujer negra”, agrega. “Porque mucha gente no lucha por nosotras”.

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El periodista de The Associated Press Aaron Morrison contribuyó a este despacho desde Nueva York.

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