Lo que no contó el documental de Netflix ‘MH370: El avión que desapareció’
En 2014, un avión de Malaysia Airlines que llevaba 239 personas a bordo desapareció de los radares; la docuserie de Netflix explora la misteriosa historia de este vuelo pero no aborda algunos detalles
Despegó por primera vez a las 12:42 a.m. del 8 de marzo de 2014, hora local de Kuala Lumpur; se suponía que el vuelo conocido como MH370 de Malaysia Airlines arribara al Aeropuerto Internacional de Beijing alrededor de las 06:30 a.m. de ese mismo día, pero no ocurrió. Desapareció del radar a la 01:21 a.m.
Lo que siguió después de la desaparición inusitada de la aeronave fue una de las operaciones de búsqueda más exhaustivas de la historia. El Gobierno de Malasia emprendió una investigación tropezada de este hecho e, inclusive, el Gobierno de Australia apoyó en las labores de rescate sin éxito.
A pesar de tener una idea aproximada de dónde se estrelló la aeronave en el sur del Océano Índico y la recuperación de algunos de sus restos en las islas de Réunion y Madagascar, aún se desconoce la última trayectoria del avión y la ubicación y aseguramiento de la “caja negra”, el dispositivo encargado de registrar la actividad de los instrumentos y las conversaciones de los tripulantes.
Y peor aún, las familias de las 239 víctimas ocupantes no han tenido un desenlace en esta historia que, ahora la plataforma de contenidos bajo demanda, Netfix, ha llevado a la pantalla de sus suscriptores.
Lo que no contó el documental MH370
El pasado 8 de marzo, la docuserie MH370: El avión que desapareció se estrenó en Netflix y consta de tres capítulos bajo la dirección de Louise Malkinson, en los que trata de descifrar qué sucedió con un avión de Malaysia Airlines con 239 personas a bordo, el cual desapareció de todos los radares de seguimiento en aguas del Golfo de Tailandia.
En sus reiterados esfuerzos por revelar una verdad, la producción cinematográfica se queda a media y revela algunos puntos sin tomar en consideración otros. En Independent en Español, revelamos lo que no contó el documental:
El papel del Gobierno de Malasia. A pesar de que el documental se esfuerza en remarcar las preocupaciones y frustraciones de los ciudadanos, nunca se enfoca en las escasas respuestas que brindó el gobierno acerca del caso. Ante ello, refuerza la limitada ‘teoría conspirativa’ de que el hecho fue orquestado por gente de alto nivel.
La importancia de la inteligencia militar. La docuserie revela que la tecnología no fue capaz de brindar más detalles acerca del paradero de la aeronave, como si se hubiera esfumado de la nada o hubiera sido abducido por fuerzas desconocidas o extraterrestres. Según los hechos, el Gobierno de Malasia supo en todo momento que el vuelo MH370 dejó su ruta y se dirigió a Vietnam en lugar de continuar al norte hacia Beijing. La información habría sido corroborada por la compañía privada de satélites británica, Inmarsat.
No se investigaron las llamadas telefónicas. En una de las escenas de la serie, aparece Jiang Hui, hijo de un pasajero del MH370, esperando respuestas acerca de lo sucedido y mostrando que estaba recibiendo una llamada proveniente de la aeronave. Cuando intentó coger el teléfono, colgaron. El Gobierno de Malasia argumentó que no tenían la tecnología para investigar más a fondo. Es uno de los momentos más interesantes de la docuserie; sin embargo, no explican qué más ocurrió.
¿Un asesinato en masa? La serie se basa en la teoría de que, supuestamente, el piloto de la aeronave, el capitán Zaharie Ahmad Shah, quería provocar un suicidio y, con ello, un asesinato en masa… y lo logró. Aunque no hay evidencia de que estuviera involucrado en los hechos, el historial de Ahmad Shah, así como sus motivaciones políticas y sus luchas del pasado en torno a su salud mental, dan ciertos indicios; todo esto contrastado con la versión parcial de su familia, que habla solo cosas buenas de él en entrevista con los realizadores.
La teoría de Chris Goodfellow. La docuserie de Netflix deja muchos cabos sueltos. Otro de ellos es la teoría del piloto con más de 20 años de experiencia, Chris Goodfellow, quien apunta que el piloto pudo haber presenciado un incendio en la cabina y cambió la ruta del avión hasta aterrizar de emergencia en Pulau Langkawi a unos 13.000 pies de altura. En el filme, Goodfellow insistió que el fuego pudo haber derretido los cables y liberó cianuro, dejando a todos los viajeros inconscientes. La producción no explora más detalles y sigue con su narración.