Treinta años después de los asesinatos, Netflix lucra con el trauma de las víctimas de Jeffrey Dahmer
Netflix sigue enfrentando duras críticas por su nueva dramatización de la ola de asesinatos caníbales de Jeffrey Dahmer, que volvió a traumatizar a las familias de las víctimas y fue acusada de glorificar la naturaleza horrible de sus crímenes, escribe Bevan Hurley
En la nueva serie de 10 capítulos de Netflix, Monster: The Jeffrey Dahmer Story, los cineastas intentaron contar la historia de uno de los asesinos en serie más espantosos de Estados Unidos “de la forma más auténtica que pudimos”, según la estrella del programa, Evan Peters.
“Me pareció importante ser respetuoso con las víctimas, con las familias de las víctimas”, dijo Peters en un vídeo promocional publicado en Twitter.
“Necesitas incluir ciertos puntos de la trama porque él hizo estas cosas, pero no necesitas embellecerlas. Ya sabemos, no necesitamos verlo una y otra vez”.
Ese sentimiento idealista fue criticado por Rita Isbell, la hermana de la undécima víctima de Dahmer, Errol Lindsey, cuya confrontación en la corte con el asesino de su hermano en 1992 fue recreada cuadro por cuadro a partir de imágenes de noticias para The Jeffrey Dahmer Story.
En un ensayo para Insider, Isbell dijo que ni siquiera la consultaron antes de que se lanzara el proyecto secreto, y acusó al “codicioso” Netflix de intentar “ganar dinero con esta tragedia”.
“Siento que Netflix debió haber preguntado si nos importaba o cómo nos sentíamos al respecto. No me preguntaron nada. Simplemente la hicieron”, escribió.
En un hilo viral de Twitter, el primo de Isbell, Eric Perry, escribió que la familia estaba siendo retraumatizada una y otra vez. “¿Y para qué? ¿Cuántas películas/series/documentales necesitamos?”
“Mis primos se despiertan cada ciertos meses con un montón de llamadas y mensajes, y saben que hay otra serie sobre Dahmer. Es cruel”.
La serie dramatizada, que ha establecido un récord por ser el estreno de Netflix más visto en su primera semana en la historia de la plataforma de streaming, profundiza en la psique de un adolescente atormentado con una fascinación por la taxidermia, quien luego tortura, asesina, profana y desmembra a 17 víctimas durante un periodo de 14 años.
Los espectadores devoraron 196 millones de horas de The Jeffrey Dahmer Story desde su estreno el miércoles pasado (21 de septiembre), que hasta superó la primera semana de Squid Games, según Indiewire.
Un experto en true crime le dijo a The Independent que las representaciones dramatizadas de las historias de terror de la vida real parecían ser cada vez más explotadoras.
“Hay algunos elementos de justicia social realmente buenos en este fenómeno del true crime, pero creo que con algo como esto uno se pregunta: ‘¿Cuál es el punto? ¿Hay algo que estemos aprendiendo?’”, señaló a The Independent Amanda Vicary, presidenta del Departamento de Psicología de Illinois Wesleyan University.
”Saber que las familias no estuvieron involucradas y están activamente en contra hará que sea más difícil verlo y disfrutarlo, sentirás que estás haciendo algo mal”, dijo la Dra. Vicary.
Mariah Day, cuyo asesinato de su madre fue descrito en la comedia negra de NBC The Thing about Pam, hizo comentarios similares.
En una entrevista reciente con The Independent, Day contó cómo ver a Pam Hupp (interpretada por Renee Zellweger en la serie), la presunta asesina de su madre Betsy Faria, había desencadenado su trastorno de estrés postraumático.
“En lugar de enfocarse en las vidas que se robó, tenemos que ver la cara [de Hupp], y ver su nombre en todas partes todo el tiempo. Somos personas reales. Tenemos que tratar con personas que saben que es nuestro trauma el que ventilaron”.
La Dra. Vicary dijo que el auge de podcasts, series de televisión y libros sobre true crime era un reflejo de la creciente popularidad del género.
“El dinero impulsa todo y el true crime seguirá generando mucho interés en el futuro. Pero no puedo imaginar que tu madre sea asesinada y luego series como esta destapen todos tus recuerdos. Algo que pensaste que tal vez podrías superar y regresa”.
A la Dra. Vicary le gusta el true crime y utiliza podcasts de estilo documental como parte de una clase en la que enseña a los estudiantes sobre condenas injustas.
Ella cita series como Serial, que ayudó a liberar a Adnan Syed de una prisión de Baltimore la semana pasada después de exponer las deficiencias del caso de la fiscalía en su contra, como uno de los muchos ejemplos dignos del género.
Pero la naturaleza particularmente aterradora de la historia de Dahmer la distingue y requiere una narración más sensible, dice ella.
“El incidente del niño que escapa y la policía lo lleva de regreso, la cantidad de víctimas, el canibalismo, suena como una película de terror”.
“No sorprende que se hayan hecho relatos ficticios al respecto, solo esperas que la gente pueda tener en cuenta que es algo real y, entre todo el horror y la negatividad, que personas reales sufrieron por eso”.
Los orígenes de un asesino
The Jeffrey Dahmer Story comienza casi por el final cuando finalmente arrestan a Dahmer tras la fuga de una de sus víctimas. A través de una serie de flashbacks, el cineasta Ryan Murphy se propone mostrar cómo el pequeño “Jeff” se convirtió en un monstruo.
Describe en profundidad el interés de Dahmer por diseccionar animales muertos y cómo esto apuntaló la relación con su padre Lione, su dificultad para hacer amigos en la escuela secundaria y su odio hacia sí mismo por ser “raro”.
El tiempo dedicado a tratar de descifrar los orígenes del comportamiento retorcido de Dahmer parece contradecir los comentarios hechos por la estrella ganadora del premio Emmy, Evan Peters, sobre el proyecto.
“Ryan estableció desde un principio la regla de que no se contaría desde el punto de vista de Dahmer. Como audiencia, en realidad no simpatizas con él”, dijo Peters.
“No te estás metiendo en sus embrollos. Más bien los observas, ya sabes, desde afuera”.
La ola de asesinatos de Dahmer comenzó en 1978 con el asesinato del autoestopista Steven Hicks en la casa de sus padres en Chippewa Falls, Wisconsin.
Dahmer pasó la década siguiente entrando y saliendo apáticamente del ejército, la universidad y varios trabajos de baja categoría, y fue arrestado por masturbarse en público. Comenzó a frecuentar clubes gay y saunas donde drogaba a sus citas con pastillas para dormir.
En noviembre de 1987, Dahmer asesinó a su siguiente víctima, Steven Tuomi. Mató a Jamie Doxtator, de 14 años, en enero de 1988 y a Richard Guerrero, de 25, dos meses después.
Durante este periodo, arrestaron a Dahmer por drogar y manosear a un niño de 13 años. Mientras esperaba la sentencia, asesinó a su siguiente víctima, Anthony Sears.
Otros siete asesinatos ocurrieron entre mayo de 1988 y abril de 1991, una vez que Dahmer perfeccionó su técnica de atraer a las víctimas a su casa antes de drogarlas y matarlas.
La serie muestra muchos de los crímenes espantosos de Dahmer, al mismo tiempo que intenta brindar una idea del supuesto racismo y la homofobia mostrados por las fuerzas del orden que le permitieron evadir el arresto.
En mayo de ese año, comenzó el supuesto “Verano de Dahmer” en Milwaukee, durante el cual Dahmer asesinó a otras seis víctimas en su apartamento en el complejo de Oxford entre mayo y julio.
Entre ellas se encontraba el inmigrante laosiano Konerak Sinthasomphone, de 14 años, cuyo hermano había sido víctima de abuso sexual por parte de Dahmer en 1988.
Konerak escapó del departamento de Dahmer desnudo y sangrando, pero dos policías de Milwaukee lo escoltaron de regreso al departamento, y luego fueron grabados haciendo comentarios homofóbicos a la central. Dahmer mató a Konerak.
El agente John Balcerzak, quien regresó al adolescente a la custodia de Dahmer, fue despedido del Departamento de Policía de Milwaukee; sin embargo, lo reincorporaron después de que un juez dictaminó que el despido no estaba justificado. Se retiró de la policía en 2017.
Glenda Cleveland, una vecina de Dahmer que aparece en la serie y que suplicó repetidamente a la policía que investigara los olores rancios que emanaban del departamento de él, murió en 2011 a los 56 años.
El bloque de apartamentos de Oxford donde Dahmer cometió la mayor parte de sus asesinatos fue demolido por completo en 1992 y permanece vacío, según el Milwaukee Journal-Sentinel.
La periodista que dio a conocer la historia
Anne E. Schwartz trabajaba como reportera policial para el Milwaukee Journal en 1991 cuando recibió una llamada de una fuente policial para decirle que habían encontrado una cabeza humana y partes del cuerpo dentro de un apartamento de la ciudad.
Al llegar rápido a la escena, Schwartz dijo que encontró a unos pocos policías allí, y entró al edificio del complejo de apartamentos de Oxford para ver más de cerca.
“Caminé hasta el departamento de Dahmer y asomé la cabeza, porque como periodista, quieres saber”, le contó a The Independent.
“Creo que lo extraño fue que no se veía extraño”.
Ella narró que los oficiales poco a poco comenzaron a comprender la magnitud de la escena del crimen cuando descubrieron fotografías que Dahmer había tomado de sus víctimas en diferentes etapas de desmembramiento.
“No sabían lo que estaban encontrando”, dijo.
“Fui reportera policial durante cinco años, así que sé a qué huele cuando entras en un edificio donde hay un cadáver o un cuerpo en descomposición. No era eso. Era un olor muy químico”.
Schwartz, quien pasó a trabajar en comunicaciones para el Departamento de Policía de Milwaukee y el Departamento de Justicia de Wisconsin, consideró que la descripción de los policías de la ciudad como racistas y homofóbicos era incorrecta.
“Pasé mucho tiempo con ellos, entrevisté a la gente que estuvo en el lugar. De nuevo, esto es una dramatización, pero en un momento en que no es fácil para las fuerzas del orden ganarse la confianza y la aceptación de la comunidad, no es una representación muy útil”.
La serie de Netflix retrata a Glenda Cleveland, quien intentó alertar a la policía sobre la ola de asesinatos de Dahmer, como alguien que vivía en un departamento vecino. En realidad, Cleveland, quien murió en 2011, vivía en un edificio separado.
“En los primeros cinco minutos del primer episodio se ve a Glenda Cleveland tocar a su puerta [de Dahmer]. Nada de eso sucedió nunca”, dice Schwartz.
“No logré engancharme porque sabía que no era exacto. Pero la gente no lo ve de esa manera, lo ve como entretenimiento”.
Después de publicar su libro bestseller sobre el caso en 1991, The Man Who Could Not Kill Enough, Schwartz contó que recibió una llamada telefónica de Dahmer en la sala de redacción de un canal de televisión en el que trabajaba para quejarse.
Varios psiquiatras que habían entrevistado a Dahmer le dijeron a Schwartz que su comportamiento podía atribuirse a sus padres.
“Él detestaba esa idea. Para alguien que no mostraba ninguna emoción ni parecía preocuparse por nada, era muy protector con sus padres, sobre todo con su madre”, le comentó a The Independent.
La llamada telefónica fue “muy rápida y muy al grano”.
“No tenía inflexión en su voz. Era muy llana, muy plana. No había nada. Solo dijo que ‘nadie era responsable de lo que hice, excepto yo’”.
Schwartz aclaró que Dahmer era muy “astuto” en la forma en que seleccionaba a sus víctimas. Les hablaba largo y tendido en los bares y en la calle para atacar a los hombres que estaban al margen de la sociedad, y cuya desaparición no haría sonar ninguna alarma.
Esto, junto con sus espeluznantes técnicas de eliminación de cadáveres, lo ayudó a salirse con la suya al asesinar a 17 niños y hombres antes de que se descubrieran sus crímenes.
Además, las víctimas de delitos en la comunidad gay de Milwaukee en la década de 1980 y principios de la de 1990 rara vez denunciaban los delitos a la policía por temor a que familiares o empleadores se enteraran de sus preferencias, detalló.
Después de que los asesinatos atrajeran la atención nacional e internacional, la gente iba seguido al complejo de apartamentos de Oxford en busca de souvenirs.
Cuando demolieron el edificio de departamentos en el que vivía Dahmer ese año, algunos trataron de sacar ladrillos y pedazos de tierra, y hasta el día de hoy el lote permanece vacío y rodeado con una cerca alta.
Si bien la serie de Dahmer ha batido el récord de Netflix por la mayor cantidad de horas vistas en la primera semana de estreno, Schwartz dice que Milwaukee está “bastante harta de escuchar sobre el caso”.
“La gente en Milwaukee piensa que esto es una mancha horrible en la ciudad, no quieren que la gente piense en eso”.
El año pasado, Schwartz escribió una versión actualizada del libro de 1991 y volvió a entrevistar a los personajes principales para saber qué pensaban 30 años después.
Su nuevo libro salió en octubre pasado, Monster: The True Story of the Jeffrey Dahmer Murders.
Sexualización de los asesinos en serie
La Dra. Vicary advierte que la sexualización de los asesinos en serie es otra tendencia alarmante que surge del exceso de dramatizaciones recientes de true crimme.
“Pasó con Zac Efron y la película de Ted Bundy (el drama criminal de Netflix de 2019 Extremely Wicked; Shockingly Evil and Vile)”, expresa la Dra. Vicary a The Independent.
“No me imagino cómo sería sentirse invadido por eso todo el tiempo si uno tuviera un ser querido que haya sido una víctima”.
En las redes sociales, han surgido comentarios sobre la apariencia física de Even Peters en el programa, y algunos incluso expresaron una atracción por el propio asesino en serie.
“La foto policial de Jeffrey Dahmer definitivamente provoca algo que no sabía ni pensaba que provocaría”, escribió un usuario de Twitter, que recibió 1.300 retuits.
“EVITARÁS pensar que Evan Peters se ve sexy en su interpretación de Dahmer”, publicó otro.
En las tierras de TikTok, la frase “Jeffrey Dahmer Funny” [Jeffrey Dahmer gracioso] es tendencia, donde los usuarios publican clips sobre “qué hacer cuando Dahmer te invita a su casa”.
Los clips de recreaciones supuestamente humorísticas han atraído decenas de millones de visitas.
¿Por qué a las mujeres les interesa tanto el true crime?
La investigación de la Dra. Vicary muestra que una mayoría significativa de la audiencia de true crime son mujeres, que a menudo se ven obligadas a mirar desde la perspectiva de su miedo a convertirse en víctimas de un crimen violento.
“A las mujeres realmente les interesa el contenido cuando tiene algo que ver con la supervivencia, si van a aprender el contenido psicológico del criminal, qué lo provocó, cómo escaparon”, explica ella.
“Nos atrae ese contenido por ese miedo y porque no queremos que nos pase a nosotros”.
Ella espera ver que la gran y creciente audiencia de true crime rechace las dramatizaciones explotadoras, ya que esa puede ser la mejor manera de convencer a las cadenas de dejar de hacer ese tipo de programas.
“Hay podcasts y series en los que se entrevista a las víctimas y sus seres queridos, se puede ver que muchos están dispuestos a hablar si quieren que se conmemore a su ser querido. Hay muchas historias por contar donde la gente está dispuesta a participar”.
“Si las víctimas están hablando abiertamente en contra de la serie, con suerte habrá una reacción pública suficiente como para que no quieran producirla”.
Netflix no respondió a una solicitud de comentarios.