Laurel Hubbard: la primera mujer abiertamente trans en competir en los Juegos Olímpicos queda eliminada
La neozelandesa de 43 años comenzó su competencia en la final de halterofilia femenina de + 87 kg en Tokio, pero sus esperanzas de medalla se esfumaron rápidamente
Laurel Hubbard hizo historia al convertirse en la primera mujer abiertamente trans en competir en unos Juegos Olímpicos, antes de abandonar rápidamente la competición tras no poder realizar un levantamiento limpio.
La neozelandesa, de 43 años, compitió el lunes en Tokio en la final de halterofilia femenina de +87 kg, entre un grupo de 10 atletas que incluía a la británica Emily Campbell, que ganó la plata por detrás de la china Wenwen Li, que lo conquistó todo. La estadounidense Sarah Robles ganó el bronce.
En una competición dividida en dos secciones -“la arrancada“, seguida de la “cargada” y el “envión”- Hubbard fracasó en sus tres intentos de arrancada, acabando rápidamente con cualquier esperanza de medalla. Tras dejar caer su tercer levantamiento, saludó al auditorio, que no admitía aficionados pero que estaba repleto de medios de comunicación, funcionarios y algunos compañeros olímpicos y personal técnico que gritaban su apoyo.
“Sé que, desde el punto de vista deportivo, no he alcanzado el nivel de exigencia que me impuse a mí misma y quizá el que mi país esperaba de mí”, dijo Hubbard. “Pero una de las cosas por las que estoy profundamente agradecida es que los seguidores de Nueva Zelanda me han dado tanto y han sido más que sorprendentes”.
“Me gustaría dar las gracias al Comité Olímpico de Nueva Zelanda, que me ha apoyado en lo que han sido momentos bastante difíciles. Sé que mi participación en estos Juegos no ha estado del todo exenta de polémica, pero han sido maravillosos y les estoy muy agradecida”.
Asignada al género masculino al nacer, Hubbard estableció récords nacionales en la competición juvenil con su nombre de pila antes de someterse a una terapia hormonal y salir del clóset como trans en 2013, a los 35 años.
Ganó una medalla de plata en los Campeonatos del Mundo de 2017 antes de romperse el brazo en los Juegos de la Commonwealth en Australia en 2018, pero volvió para ganar el oro en los Juegos del Pacífico de 2019 y se clasificó para su debut en los Juegos Olímpicos.
El Comité Olímpico Internacional deja las reglas en torno a la admisión de atletas en manos de cada deporte, y Hubbard ha cumplido las directrices de la Federación Internacional de Halterofilia de 2015, que establecen que las atletas trans deben tomar medicamento para reducir la testosterona por debajo de 10 nanomoles por litro durante 12 meses antes de la competición.
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Su participación avivará aún más el debate sobre la participación de atletas trans en el deporte. Algunos han cuestionado la imparcialidad de permitir que las mujeres a las que se les asignó el género masculino al nacer compitan contra atletas no trans, señalando el rendimiento atlético obtenido a través de la pubertad masculina, que según ellos no puede ser compensado por el medicamento inhibidor de la testosterona.
Pero los defensores de las atletas trans en el deporte femenino dicen que no hay suficientes pruebas científicas sobre el tema para sacar conclusiones firmes, y han señalado en el caso de Hubbard que, aunque es muy competitiva, no domina habitualmente la escena mundial.
Hubbard ha recibido el respaldo del Comité Olímpico de Nueva Zelanda, así como el de la primera ministra del país, Jacinda Arden, quien subrayó que había seguido todas las normas para clasificarse y competir en los Juegos Olímpicos y que merecía su plaza.
“Me siento agradecida y sumamente honrada por la amabilidad y el apoyo que me han brindado tantos neozelandeses”, declaró Hubbard tras ser nombrada en el equipo de su país para los Juegos Olímpicos.
“Cuando me rompí el brazo en los Juegos de la Commonwealth hace tres años, me informaron que mi carrera deportiva probablemente había llegado a su fin. Pero el apoyo de ustedes, su ánimo y su aroha [afecto] me condujeron a través de la oscuridad”.