Jets buscan una segunda oportunidad tras una campaña perdida por la lesión de Aaron Rodgers
Aaron Rodgers está concentrado en volver más fuerte la próxima temporada con los Jets de Nueva York.
Y espera, más allá.
El quarterback de 40 años aceptó el lunes que inicialmente pensó que sería un año y ya cuando lo canjearon a Nueva York en abril. Pero comenzó a pensar que podría quedarse múltiples temporadas cuando empezó a divertirse “y enamorarse nuevamente del juego”.
Luego vino el desgarro en el tendón de Aquiles que puso fin a su temporada —y las esperanzas de los Jets.
“Y luego te lo quitan”, indicó Rodgers. “Entonces esto no es de un año, en mi mente. Quiero decir, obviamente aún tendré que salir y demostrar que puedo jugar a un nivel alto. Pero me gustaría que fuera más de un año".
Lo mismo que los Jets que terminaron con marca de 7-10 y se perdieron los playoffs por 13ma campaña consecutiva —la sequía más larga activa en todas las ligas profesionales estadounidenses.
“Anoche como que me pegó tras el partido, se siente como un año perdido”, añadió Rodgers. “Y que me perdí muchas grandes oportunidades, pensar que si hubiera estado ahí fuera las cosas hubieran sido un poco distintas”.
El dueño Woody Johnson trató la temporada como una segunda oportunidad y decidió no despedir al entrenador Robert Saleh y al gerente general Joe Douglas.
“Los últimos dos años, que el equipo se definiera por no poder lidiar con la adversidad, es difícil”, admitió el dueño. “Eso recae en mí”.
Rodgers era visto como la pieza que faltaba a la organización para volver a hacerse respetar y regresar a los playoffs.
Ahora junto a Saleh y Douglas tendrá una oportunidad de recompensar la paciencia de Johnson la próxima campaña.
Owner Woody Johnson is treating this season as a mulligan of sorts, opting to not part ways with either coach Robert Saleh or general manager Joe Douglas.
“Obviamente todos vamos a estar en la mira el próximo año”, admitió Rodgers. “Va a ser un año importante para nosotros y lo amo”.