Copa Carabao: Manchester City doblega al United y avanza a su cuarta final consecutiva
Manchester United 0-2 Manchester City: el conjunto de Pep Guardiola se medirá al Tottenham en la final de Wembley
¿Será este año el cuarto triunfo consecutivo de la Copa de la Liga del Manchester City y Pep Guardiola? Quizás, pero lo cierto es que el Manchester United sufrió su cuarta derrota consecutiva en semifinales. Los ‘Citizens’ avanzaron a la final a celebrarse en abril en Wembley donde se medirán ante el Tottenham de José Mourinho.
Dos goles a balón parado, uno marcado por el rejuvenecido John Stones y el otro por el capitán Fernandinho, hicieron que el City saliera victorioso de este derbi de Manchester número 184 y ferozmente disputado en Old Trafford. La primavera aguarda un nuevo choque entre Guardiola y Mourinho. La fecha de la final fue aplazada con la esperanza de que más aficionados asistan al estadio.
En estos tiempos extraños, la única certeza del City es haber llegado a la Copa de la Liga. El United, por su parte, estará feliz de enfocarse en la Premier League donde tiene posibilidad de sorprender al Liverpool en la cima.
Hubo más entretenimiento en el primer cuarto de hora que en los 90 minutos sin goles que estos dos compartieron el mes pasado. Ambas escuadras vieron el balón en el fondo de la red en los primeros minutos: el disparo de Marcus Rashford cruzó la línea, poco antes de que Ilkay Gundogan encontrara a Phil Foden en el otro extremo. Ambas ocasiones fueron anulados por fuera de lugar.
Con Ederson todavía aislado, Zack Steffen retuvo su lugar en la portería del City y se vio obligado a realizar una atajada acrobática con una mano para negarle el gol a Bruno Fernandes. Minutos más tarde, Dean Henderson quedó petrificado cuando Kevin De Bruyne cimbró el poste con un poderoso disparo.
Finalmente, cada equipo permitió que el otro recuperara el aliento y un flujo constante de fuera de juego redujo aún más el ritmo. A los asistentes se les indica que mantengan su bandera abajo hasta el final de un ataque por una buena razón: detener el juego levantándola demasiado pronto obligaría al VAR a entrar en acción y determinar que un movimiento es perfectamente legítimo antes de tiempo. Para Guardiola esta situación, no le agrada del todo.
“¡Esto es ridículo!”, gritó Pep desde la línea de banda después de que se permitió que un ataque del United se llevara a cabo tras un fuera de lugar de Rashford. La jugada terminó en un peligroso encontronazo entre Stones y Paul Pogba.
Guardiola pasó los últimos minutos de la primera mitad en cuclillas, frotándose la cabeza y luciendo bastante frustrado, ya sea con el arbitraje, la actuación de su equipo o ambos. A pesar de que la competencia estaba al filo de la navaja, City había luchado por crear las mejores ocasiones de gol pero realmente fueron peligrosos con el disparo de De Bruyne al palo. La situación mejoraría para los ‘Citizens’ en la segunda parte.
La defensa del United tiene días en los que parece sólida y otros en los que parece medio dormida. Ese fue el caso cuando colectivamente no pudieron lidiar con el centro templado de Foden desde un tiro libre. Victor Lindelof, Harry Maguire y Luke Shaw dejaron pasar el balón y Stones aprovechó dicha facilidad para vencer a Henderson. En esta ocasión, no había bandera levantada.
La responsabilidad recaía en el United para evitar otra derrota en semifinales, pero el City fácilmente podría haber puesto un pie en la gran final de abril cuando Mahrez avanzó hasta el borde del área de penalti y lanzó un disparo que fue tan atronador como el de De Bruyne en la primera mitad. El balón estaba destinado a ingresar en la esquina superior izquierda hasta que apareció la mano salvadora de Henderson.
Eso le dio al United una oportunidad, pero tendrían que aprovecharla. Fernandes, inusualmente callado, hizo un esfuerzo. Martial intentó en vano ganar un penalti, pero hubo poco o ningún contacto cuando cayó en las cercanías de Ruben Dias. Era el turno de Solskjaer de rascarse la cabeza y el juego pronto quedaría fuera de su alcance.
Una vez más, United se deshizo en una jugada a balón parado. Aaron Wan-Bissaka rechazó el balón, pero su cabezazo dejó la pelota servida a Fernandinho en los linderos del área. El brasileño jaló el gatillo y sacó un disparo machucado que se coló en la portería de los ‘Red Devils’ y definió el partido en favor del Manchester City. Guardiola levantó las manos en el aire, sabiendo que estaba ganado. Solskjaer debe irse y preguntarse por qué, cuando estaba al borde, el United volvió a perder.