Lori Vallow “manipuló” a Chad Daybell y Alex Cox para matar, dice fiscal en argumentos finales
En los argumentos finales, el fiscal Rob Wood concluyó que Lori Vallow se dejó llevar por “dinero, poder y sexo” y que aprovechó de esos tres factores para manipular a sus presuntos cómplices para que cumplieran sus órdenes
La “madre de culto” Lori Vallow “manipuló psicológicamente” a su nuevo amante Chad Daybell y su hermano Alex Cox para asesinar a sus dos hijos y a la primera esposa de Daybell, según la dramática declaración final de la fiscalía.
El jueves, en el tribunal del condado de Ada en Boise, Idaho, el fiscal Rob Wood expuso el caso del estado contra la madre de tres hijos. La describió como la líder máxima de un complot para matar a su hijo JJ Vallow (7 años), su hija Tylee Ryan (16), y Tammy Daybell (49), y luego robarles el dinero después de sus asesinatos.
“Lori Vallow es la que lo une todo”, dijo.
El fiscal argumentó que Vallow se dejó llevar por “dinero, poder y sexo” y que usó todas esas cosas para manipular a sus presuntos cómplices para que cumplieran sus órdenes.
“Utilizaron la religión como una herramienta para manipular a otros. Lori manipuló a Alex Cox a través de la religión”, aseveró.
“Ella manipuló a Chad a través del control emocional y sexual. Manipularon a sus amigos”.
Wood señaló mensajes de texto que mostraban cómo Vallow estaba “manipulando psicológicamente” a su hermano Cox, incluido un mensaje donde elogió su silencio con la frase: “Buen chico”.
“Lori Vallow le está diciendo a Alex Cox qué hacer. Nunca ves a Alex decirle qué hacer. Ella siempre le está diciendo qué hacer”, le dijo al jurado.
Vallow está en juicio acusada de asesinato en primer grado, conspiración y hurto mayor por la muerte de JJ y Tylee, así como de conspiración para cometer asesinato en primer grado por la muerte de Tammy.
JJ y Tylee fueron vistos con vida por última vez en septiembre de 2019 y durante meses Vallow se negó a revelar su paradero.
Un mes después, Tammy murió de forma repentina a los 49 años y Vallow y Daybell viajaron a Hawái y se casaron en una playa.
En junio de 2020, se descubrieron los restos de JJ y Tylee enterrados en el patio trasero de Daybell.
Después de un agotador juicio de un mes, los fiscales explicaron al jurado el caso contra Vallow y lo que condujo a la muerte de las tres víctimas.
“Dinero, poder y sexo. A partir de octubre de 2018, Lori Vallow y Chad Daybell pusieron eventos en marcha”, comenzó Wood, haciendo eco de la declaración de apertura del estado.
“En el camino, incluyeron a su hermano Alex Cox para participar en una conspiración libre de trabas y obstáculos”.
“El plan derivó del deseo y uso de dinero, poder y sexo de Lori Vallow. Y este plan debe terminar hoy en los veredictos que dicten en este juicio”.
Sobre el primer agente motivador del dinero, el fiscal señaló evidencia que mostraba que Vallow estaba recibiendo los pagos del Seguro Social de los niños directamente en sus cuentas y después de que ambos fueron asesinados.
“Lori aprendió una lección con Charles Vallow”, dijo, refiriéndose al cuarto esposo de Vallow, a quien Cox asesinó a tiros en julio de 2019.
Esta lección consistió en conseguir el dinero antes de matar a la víctima.
Al jurado se le mostró evidencia de que Vallow alteró los pagos del Seguro Social de Tylee y JJ para que ella los recibiera directamente, solo unos días antes de que terminaran muertos.
“Conseguir el dinero y luego cometer el asesinato”, dijo.
Además del poder que Vallow tenía sobre Cox, el fiscal argumentó que ella también usó el sexo para tener poder sobre Daybell y lograr que hiciera lo que ella quería.
Exhibió los intercambios de la pareja por mensaje de texto que abarcaban conversaciones sexuales apasionadas y mensajes sobre la muerte de sus cónyuges y sus hijos.
Al señalar las creencias de culto que supuestamente también impulsaron el caso, Wood dijo que Vallow usó “creencias religiosas para justificar el asesinato”.
Los miembros del jurado escucharon cómo Vallow y Daybell creían que estaban en una misión religiosa para reunir a 144.000 personas y creían en un “sistema de clasificación de la luz y la oscuridad” para la forma en que clasificaban los espíritus de las personas que les rodeaban.
Con el tiempo, se convirtió en la creencia de que algunas personas —incluidos los niños— eran “zombis” y la única manera de deshacerse de los zombis era destruir el cuerpo humano.
Según Wood, las creencias en sí no constituyen un delito, pero sí la forma en que las utilizaron para “justificar” el asesinato de tres personas.
“No importa lo que creyeran. Importa lo que hicieron”, dijo.
“Pueden creer lo que quieran. Pero cuando usan esas creencias para justificar el homicidio, eso cambia las cosas”.
El fiscal presentó pruebas de que los asesinatos fueron “premeditados” y “planeados”, desde el alijo de teléfonos desechables que tenían los tres presuntos cómplices, las prácticas de tiro de Cox antes de un atentado fallido contra Tammy y lo que dijo que fue un plan deliberado para que Vallow estuviera en Hawái en el momento del asesinato de Tammy.
Tammy “fue asesinada en su propia casa” después de que los tres conspiraran para matarla, dijo, y Vallow no perdió tiempo en beneficiarse del seguro de vida de US$400.000 que Daybell obtuvo de su muerte.
El fiscal recordó al jurado los desgarradores detalles de los asesinatos de los niños y la forma en que los tres presuntos cómplices se deshicieron de sus cuerpos después de mostrar al tribunal imágenes gráficas de los restos de Tylee y JJ.
JJ murió por asfixia con múltiples capas de bolsas de plástico envueltas alrededor de la cabeza del niño y cinta adhesiva sobre su boca, según escucharon los miembros del jurado en el juicio.
La causa de la muerte de Tylee fue imposible de determinar porque sus restos estaban gravemente quemados y mutilados.
“La quemaron y enterraron en el patio trasero de Chad Daybell. Lo que quedó de su cuerpo lo tiraron en un balde verde y lo enterraron en un cementerio de mascotas encima de un pedazo de su cráneo”, Wood describió los restos de Tylee.
Al referirse a JJ, dijo que el niño fue “silenciado para siempre con una tira de cinta adhesiva colocada sobre la boca”.
“Le colocaron una bolsa de plástico blanca sobre la cabeza y la aseguraron firmemente con cinta adhesiva envuelta una y otra vez desde la frente hasta el cuello”, dijo.
“La evidencia indica que luchó y nunca sabremos cuánto tiempo luchó antes de que le envolvieran las muñecas y los tobillos con cinta adhesiva. Dejó de respirar, su corazón dejó de latir y murió. Fue un asesinato brutal y espeluznante de un niño de siete años con necesidades especiales”.
Después de los asesinatos de los niños, Vallow siguió cobrando sus pagos del seguro social, dijo.
Nunca los denunció como desaparecidos o muertos y mintió a varias personas sobre su paradero, ya que necesitaba mantener los “cuerpos ocultos para poder seguir recibiendo el dinero”.
Vallow enfrenta cadena perpetua por los cargos.
Daybell también está acusado de los asesinatos, pero debe ser juzgado por separado en una fecha posterior.
Cox, mientras tanto, murió antes de que pudiera enfrentar cargos.
El 11 de diciembre de 2019, Cox murió de forma repentina a la edad de 51 años. Su muerte también se dictaminó por causas naturales, con indicios de un coágulo de sangre incrustado en las arterias de sus pulmones. Sin embargo, también se encontró la droga de sobredosis Narcan en su sistema.
Vallow también enfrenta cargos en Arizona por conspirar con Cox para asesinar a su cuarto esposo, Charles Vallow.
Traducción de Michelle Padilla