Hombre con esquizofrenia abandonado desnudo en una cárcel en EEUU durante semanas antes de morir de hambre
‘Josh McLemore no era un criminal. Sufría una crisis de salud mental. Había perdido el contacto con la realidad y necesitaba ayuda,’ informó un abogado de la familia
Imágenes inquietantes de una cárcel en Estados Unidos muestran el rápido declive de un hombre que fue dejado desnudo en una celda durante 20 días antes de que aparentemente muriera de hambre.
Joshua McLemore, de 29 años, murió el 10 de agosto de 2021 después de pasar tres semanas en la cárcel del condado de Jackson en Seymour, Indiana. McLemore, que tenía antecedentes de esquizofrenia, estuvo recluido en una celda de aislamiento sin ventanas, que estaba iluminada de forma permanente con luces fluorescentes. Se encontraba en un estado constante de psicosis durante su confinamiento, según una demanda presentada por su familia.
Las imágenes de vigilancia muestran a McLemore en un estado de angustia agudo, mirando al vacío, lamiendo las paredes, masticando cajas de poliestireno, murmurando incoherencias y revolcándose en la basura. La celda, que fue monitoreada en tiempo real por el personal de la cárcel, estaba manchada de comida, heces y orina derramadas que McLemore untó en las paredes durante su crisis de salud mental.
El personal de la cárcel solo hizo la llamada para transportarlo a un centro médico después de que McLemore, extremadamente demacrado y deshidratado, se encontraba en un estado tan débil que no podía sostenerse por sí mismo. Para entonces, su estado era tan grave que tuvo que ser trasladado en avión a un hospital en Cincinnati, donde murió dos días después como resultado de una falla orgánica múltiple por haberse negado a comer o beber. Según los informes, se encontraba en “un estado mental alterado debido a un cuadro de esquizofrenia no tratada”.
Su familia ahora está demandando al personal de la cárcel por su supuesta negligencia y por no haber evitado la muerte de McLemore. Como parte de la demanda, se han presentado más de 400 horas de video que según la familia, muestran las “condiciones inhumanas” del confinamiento de McLemore durante su psicosis activa.
“Josh McLemore no era un criminal. Sufría una crisis de salud mental. Había perdido el contacto con la realidad y necesitaba ayuda. Es evidente para cualquiera que vea los videos de él en su celda de aislamiento,” Hank Balson, abogado de la familia McLemore, le explicó a The Independent el jueves.
“Pero en lugar de brindarle a Josh la atención que necesitaba tan desesperadamente, el alguacil del condado de Jackson y su personal dejaron a Josh solo en su celda, desnudo, sin apenas dormir ni comer, durante casi tres semanas mientras se consumía frente a sus ojos,” Balson agregó. “Este tipo de trato no solo es inconstitucional, es inmoral.”
McLemore tenía antecedentes de enfermedad mental y abusaba de sustancias desde que era un adolescente. En el verano de 2021 su madre se empezó a preocupar porque no respondía sus llamadas y poco tiempo después, fue internado.
A petición de su madre, el propietario de la casa de McLemore revisó su apartamento y lo encontró desorientado y tirado en el suelo. Luego fue transportado al Centro Médico Schneck, donde los médicos reconocieron que sus síntomas eran consistentes con una crisis aguda de salud mental y consumo de drogas.
Aunque McLemore fue “bastante cooperativo” mientras lo transportaban en la ambulancia, los paramédicos notaron que no respondía bien cuando lo tocaban.
En el hospital, McLemore tiró del cabello a una enfermera después de que ella le tocara el hombro. Un guardia de seguridad del hospital, que también era detective del alguacil del condado de Jackson fuera de servicio, primero le dijo a Josh que volviera a la cama y que no tocara a los enfermeros.
Según la demanda, McLemore asintió, pero el guardia se acercó al Departamento de Policía de Seymour.
Cuatro oficiales acudieron al hospital y arrestaron a McLemore, le colocaron esposas y grilletes en las piernas mientras solo vestía ropa interior. Lo llevaron a la cárcel del condado de Jackson, que está a 10 millas del hospital. El personal de la cárcel luego se saltó los procedimientos estándar de registro, alega la demanda.
No se tomaron fotografías ni se tomaron huellas dactilares, y no se realizaron exámenes médicos de admisión o de salud mental.
“Y aunque el personal sabía que Josh había llegado a la cárcel directamente desde el hospital, no se comunicaron con ningún profesional médico para evaluarlo, descubrir por qué estaba en el hospital o determinar si podía estar detenido de manera segura en la cárcel, dado su estado mental y los limitados recursos médicos y de salud mental de la prisión,” relata la demanda.
En cambio, lo mantuvieron en una pequeña celda por el resto de su confinamiento. Debido a su estado de salud mental, McLemore untó sus heces en las paredes, derramó comida en el piso y rompió las cajas de poliestireno y las bolsas de papel que venían con sus comidas.
McLemore defecó y orinó en el piso de su celda, que tenía un baño adjunto, pero estuvo cerrado con llave casi todo el tiempo que estuvo confinado, según la demanda.
McLemore pesaba 198 libras cuando llegó a la cárcel, pero debido a su psicosis, comía y bebía muy poco, hasta el punto de perder casi 45 libras en 20 días.
“El personal de la cárcel estaba al tanto de su condición por observaciones personales y por poder monitorear todas las actividades de Josh a través de un vídeo continuo en tiempo real,” dice la demanda. “... Pero no hicieron nada para intervenir o asegurar la atención médica o de salud mental necesaria hasta que fue demasiado tarde”.
Las únicas veces que McLemore interactuó con los guardias fue cuando lo colocaron a la fuerza en dispositivos de inmovilización para poder ducharlo y limpiar su celda. La última vez que McLemore se duchó, estaba tan débil que no podía mantener la cabeza y los brazos en su lugar.
El alguacil del condado de Jackson, Rick Meyer, el comandante Chris Everhart, el enfermero con licencia Milton Edward Rutan, el único profesional médico empleado en la cárcel, y Advanced Correctional Healthcare se mencionan en la demanda.
“La muerte de Josh no fue el resultado de un simple error de juicio. Todos los oficiales que trabajaron en esa cárcel durante las tres semanas que Josh estuvo allí pudieron ver claramente que no estaba en sus cabales y que no podía valerse por sí mismo. Pero ninguno sabía qué hacer,” alegó Balson.
“La cárcel no contaba con personal de salud mental, y el único enfermero capacitado que trabajaba allí tres o cuatro días a la semana, cuyo trabajo era asegurarse de que las personas gravemente enfermas bajo la custodia del condado recibieran la atención necesitaban, apenas interactuó con Josh e hizo caso omiso de los riesgos obvios relacionados con su condición”.
La familia de McLemore está demandando por daños compensatorios y honorarios legales, y daños punitivos contra los demandados nombrados en el caso.
El año pasado, los fiscales del condado de Jackson confirmaron que no se presentarían cargos contra el personal de la cárcel porque ninguna de sus acciones constituía un delito, pero señalaron que McLemore murió como resultado de la prolongada falta de atención del personal “en su condición de grupo,” según WHAS11.
The Independent se comunicó con la Cárcel del Condado de Jackson para hacer comentarios.
Traducción de Anna McDonnell