Shanghái inicia 2da fase de aislamiento con filas para tests
Unos 16 millones de residentes en Shanghái se someten a pruebas de detección del coronavirus en el inicio de la segunda fase del confinamiento, que afecta a la mitad occidental de la mayor ciudad de China
Alrededor de 16 millones de residentes en Shanghái se sometían el viernes a pruebas de detección del coronavirus en el inicio de la segunda fase del confinamiento, que afecta a la mitad occidental de la mayor ciudad de China, que es también su capital financiera.
Mientras, a los residentes en los distritos orientales, que debían regresar a la rutina tras cuatro días de aislamiento, se les dijo que las medidas podrían prorrogarse si de detectan casos de COVID-19 en sus complejos residenciales.
El confinamiento de Shanghái, que se realiza en dos fases a lo largo de ocho días para poder realizar pruebas a toda la población, ha sacudido a unos mercados financieros preocupados por su posible impacto económico. La actividad manufacturera china registró mínimo en cinco meses en marzo, de acuerdo con una encuesta mensual publicada el jueves, y los cierres de ciudades y otras restricciones obligaron a algunas fábricas a suspender la producción.
Durante cuatro días a partir del viernes, los residentes de Puxi, en la orilla oeste del río Huangpu que divide la ciudad, no podrán salir de sus vecindarios o complejos de viviendas. Las puertas de algunas de estas urbanizaciones estaban cerradas desde fuera, y los alimentos y comidas se entregaban en puntos de recogida.
Empleados gubernamentales y voluntarios, equipados con trajes de protección, fueron puerta por puerta con megáfonos por la ciudad de 26 millones de habitantes, llamando a los residentes a presentarse a las pruebas en los lugares designados, donde se toparon con largas filas y esperas de más de 90 minutos.
La Comisión Nacional de Salud de China reportó un total de 1.787 nuevas infecciones el jueves, 358 de ellas en Shanghái. Otras 5.442 personas arrojaron positivos asintomáticos, incluyendo 4.144 en la ciudad.
Las personas asintomáticas son trasladas a centros de aislamiento temporal, incluyendo gimnasios y centros de exposiciones.
El transporte público está suspendido y se han cortado carreteras, lo que paralizó una metrópolis normalmente bulliciosa. Aunque los residentes deben quedarse en casa, los aeropuertos y estaciones de tren siguen abiertas.
El confinamiento demuestra el compromiso de China con su política de “tolerancia cero” hacia la pandemia, a pesar de que en muchas otras partes del mundo se han levantado las restricciones. Beijing estableció su estricto enfoque al inicio de la pandemia, en 2020, aislando durante 76 días la ciudad de Wuhan, donde se detectó por primera vez el virus.