Serbia y Kosovo acuerdan reducir tensiones en su frontera
Serbia y Kosovo llegan a un acuerdo para reducir las tensiones en su frontera compartida, que se intensificaron por una disputa sobre matrículas vehiculares, anuncia un mediador de la UE
Serbia y Kosovo han llegado a un acuerdo para reducir las tensiones en su frontera compartida, que se intensificaron por una disputa sobre matrículas vehiculares, anunció el jueves un mediador de la Unión Europea
“¡Tenemos un acuerdo! Después de dos años de negociaciones intensas, se ha llegado a un acuerdo para desacelerar y sobre la manera de proceder”, tuiteó el mediador de la UE, Miroslav Lajcak.
El gobierno de Kosovo desplegó la semana pasada agentes de sus fuerzas especiales de la policía en los cruces fronterizos para imponer una regla nueva de retirar las matrículas de los vehículos serbios que ingresaban al país, argumentando que había vencido un acuerdo de 10 años. El gobierno en Pristina señaló que reproducirían lo que Serbia había estado haciendo durante la última década.
En protesta por la regla nueva de Kosovo, los serbios en Kosovo bloquearon la frontera con camiones y la gente sólo podía cruzar a pie. Jets y helicópteros militares serbios han estado sobrevolando cerca de la frontera con Kosovo en una aparente exhibición de fuerza.
Lajcak tuiteó el plan de tres puntos acordado, que incluye el retiro de la unidad especial de la policía de Kosovo de los cruces fronterizos, así como el levantamiento de los bloqueos serbios en Kosovo.
La misión militar de paz liderada por la OTAN en Kosovo (KFOR) será desplegada en la frontera “para mantener un ambiente seguro y la libertad de tránsito”, según el acuerdo.
La KFOR, con aproximadamente 4.000 soldados de 28 países, es encabezada por la OTAN, pero tiene el respaldo de Naciones Unidas, la Unión Europea y otros. Tiene como propósito prevenir las tensiones étnicas persistentes en Kosovo, entre los albaneses que representan la mayoría y los serbios que son minoría, luego de la independencia de Kosovo de Serbia en 2008.
Serbia, respaldado por sus aliados Rusia y China, no reconoce la categoría de Estado de su exprovincia, la cual es reconocida por Estados Unidos y la mayoría de los países de Occidente