Ramos de medallistas tienen un gran significado para Japón
Una presea olímpica, por supuesto, significa mucho
Una presea olímpica, por supuesto, significa mucho. Pero el del ramo de flores que recibe cada medallista en los Juegos de Tokio tiene un significado más profundo. Mucho más profundo.
Los girasoles y las demás flores que los forman crecieron en tres prefecturas del noreste de Japón que quedaron arrasadas por el sismo, el tsunami y el posterior fallo en tres reactores nucleares en 2011.
Alrededor de 18.000 personas murieron en la catástrofe que afectó a las regiones de Iwate, Fukushima y Miyagi. La recuperación continúa desde aquel día, el 11 de marzo de 2011.
Los organizadores esperaban que Tokio 2020 ayudara a promocionar esa zona. Pero la pandemia cambió gran parte del plan y puso el foco en el aplazamiento y en la celebración de las justas de verano en medio de una crisis global de salud. De hecho, algunos residentes de la zona se quejaron de que la celebración de los Juegos quitaba tiempo y recursos a la recuperación.
En Fukushima se creó una organización sin fines de lucro para cultivar las flores con la esperanza de levantar el ánimo de la región. Muchas crecieron en terrenos agrícolas abandonados cuando el precio de las frutas y verduras se desplomó en la zona.
En Miyagi, los padres que perdieron a sus hijos en la tragedia plantaron girasoles en la colina de la montaña donde habían tratado de resguardarse del tsunami. Este homenaje también ha sido reflejado en un libro infantil.
Iwate es conocida por su producción de gencianas, una flor azul índigo del mismo tono que el color utilizado en el emblema de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos.
Los 5.000 ramos que se repartirán tanto en los Olímpicos como en los Paralímpicos, que comienzan el 24 de agosto, fueron elaborados por el Nippon Flower Council.