Presunto líder miliciano en 1er juicio de CPI sobre Darfur
Presunto líder de una milicia en el primer juicio de la CPI sobre Darfur
Un presunto líder de una milicia sudanesa conocida como los “demonios a caballo” se regocijaba con su reputación de despiadado durante el conflicto de Darfur, sostuvo el martes el fiscal de la Corte Penal Internacional al iniciarse el juicio del sospechoso.
El acusado de 72 años, Ali Muhammad Ali Abd–Al-Rahman, también conocido como Ali Kushayb, se declaró inocente de los 31 cargos de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad.
“Rechazo todos estos cargos”, dijo al tribunal en el primer juicio de la CPI sobre las atrocidades cometidas por las fuerzas respaldadas por el gobierno sudanés en la región de Darfur hace casi dos décadas.
El juicio comenzó en medio de la condena mundial de las atrocidades atribuidas a las fuerzas rusas en la guerra de Ucrania y es un recordatorio de que los tribunales internacionales pueden llevar ante la justicia a los presuntos autores de crímenes, incluso si el proceso puede ser arduo, largo y lento.
El fiscal Karim Khan calificó el juicio como “un momento importante para tratar de despertar a la paz de su letargo y tratar de moverla, movilizarla, a la acción”.
Subrayó que Rusia votó a favor de un mandato del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en 2005 que pidió una investigación de la CPI sobre Darfur.
Los fiscales dicen que Abd-Al-Rahman fue un alto comandante de las milicias janjaweed durante el conflicto de Darfur, que estalló cuando los rebeldes de la comunidad étnica del África central y subsahariana del territorio lanzaron una insurgencia en 2003, quejándose de la opresión del gobierno dominado por los árabes en la capital, Jartum.
El gobierno del presidente Omar al-Bashir respondió con una campaña de tierra arrasada, de bombardeos e incursiones por parte de los janjaweed, que a menudo atacaban al amanecer, arrasando las aldeas con hombres a caballo o a camello.
La campaña incluyó asesinatos en masa y violaciones, tortura y persecución. Hasta 300.000 personas murieron y 2,7 millones fueron expulsadas de sus hogares en Darfur a lo largo de los años.
Khan dijo que Abd-Al-Rahman era “un participante voluntario y consciente de los crímenes” y “uno de los principales líderes de la milicia janjaweed” que trabajaba “de la mano” con el gobierno sudanés.
“Verán que se enorgullecía del poder que él creía ejercer y de la autoridad que tenía”, declaró Khan. “Y... un extraño regocijo por su temida reputación”.