Pese a medidas estrictas, el coronavirus llega a Hawaii
Una isla de Hawaii estuvo a salvo del coronavirus gracias a estrictas medidas, pero cuando empezó a relajarlas la situación empeoró
En Kauai, una isla de Hawaii de panoramas rurales, playas resplandecientes e imponentes montañas, los habitantes locales se protegieron durante los primeros siete meses de la pandemia.
Las autoridades tomaron medidas estrictas y cuarentenas, y por ende los 72.000 habitantes de la isla fueron en buena parte exentos del virus: apenas hubo 61 casos entre marzo y septiembre. Pero el 15 de octubre, el estado en el océano Pacífico lanzó un ensayo para permitir algunos viajes, con la esperanza de resucitar la economía que depende en gran parte del turismo.
Kauai pasó de tener cero casos a tener 84 en siete semanas, y poco después tuvo su primer deceso, hasta ahora el único: el de Ron Clark, quien durante décadas fue chofer de turistas.
Pese a la cautela mostrada por Hawaii, el surgimiento del virus en Kauai ilustra la dificultad de proteger la salud pública, incluso en una isla, cuando la economía depende del turismo. Por ahora las autoridades de Kauai han decidido que el costo de reactivar la economía es demasiado alto.
Clark contrajo COVID-19 en noviembre y falleció unos 10 días después. Tenía 84 años y trabajó hasta que contrajo la enfermedad. En los últimos tiempos llevaba a las tripulaciones de los aviones desde y hacia el aeropuerto. Las tripulaciones de los aviones son exentas de las normas de tests y cuarentenas de Hawaii.
El día después de la muerte de Clark, las autoridades de Kauai anunciaron que se saldrían del programa de tests del estado y nuevamente impondrán la condición de que todo viajero que llegue se coloque en cuarentena por dos semanas, aunque hayan dado negativo antes de viajar.