Leona, madre y cantante, D’Alessio recibe Latin AMA especial
En los escenarios es una leona; en su corazón, una madre y una sobreviviente
En los escenarios es una leona; en su corazón, una madre, abuela y sobreviviente. Con más de cinco décadas de trayectoria artística, Lupita D’Alessio será reconocida esta semana con el Premio Leyenda en los Latin American Music Awards. La cantante mexicana abrió las puertas de su casa para conversar con The Associated Press.
“No siempre la D’Alessio está de buenas”, reconoció la estrella apodada “La Leona Dormida” al iniciar la entrevista, pues en las conferencias de prensa tiene fama de ser una artista de cuidado a la que no le gustan las preguntas inoportunas.
El galardón que recibirá el jueves en la ceremonia de los Latin AMAs en Las Vegas fue para ella una sorpresa.
“Me solté a llorar, fue algo bien bonito”, dijo. “A mí no me gusta ‘la leyenda’ porque siento que están hablando como de 'La Llorona', pero no importa, se acepta, se oye bonito”.
En los Latin AMAs no sólo recibirá su estatuilla; también interpretará un popurrí de sus grandes éxitos, entre los que se destacan “Mudanzas”, “Lo siento mi amor”, “Mentiras”, “Inocente pobre amiga” y “Ni guerra ni paz”. Y siendo fiel a su forma de trabajar, cantará totalmente en vivo, dijo, sin playback.
El premio se lo dedica a sus padres — “son las raíces de Lupita D’Alessio, mis maestros”, dijo — "a México que me vio crecer, Latinoamérica y Estados Unidos”.
D’Alessio, cuyo verdadero nombre es Guadalupe Contreras Ramos, nació el 10 de marzo de 1954 en la Ciudad de México, aclaró en la entrevista, y no en Tijuana como señalan muchas páginas web. Debido al trabajo de sus padres — ambos en el medio artístico — creció mudándose con frecuencia, incluyendo a esa ciudad fronteriza mexicana así como a Perú y Panamá. Su madre, Euralia Ramos, era una soprano estadounidense originaria de Santana, California; su padre, Poncho D’Alessio, un presentador de televisión que llegó a México recién nacido de Nápoles, Italia.
“Mi mamá me enseñó la técnica, fue mi maestra de canto”, dijo D’Alessio, mientras que de su padre aprendió de disciplina.
D’Alessio entrenaba para ser nadadora profesional de 200 metros mariposa en su querido Club Atlas de Guadalajara. Había sido seleccionada nacional y la llamaron para los Juegos Panamericanos, contó, pero su padre no dejó que fuera.
“Me dijo: ‘Tú no eres Mark Spitz’”, recordó. “Y fue una frustración. Tenía 13 años, 14 años. Yo quería ir a las olimpiadas”.
También estudió ballet clásico y fue becada para ir a Nueva York, pero su padre tampoco le dio permiso de mudarse a Estados Unidos. “Tú no eres Pavlova”, le dijo entonces. “Es que tú vas a cantar”.
La familia se mudó una vez más a la Ciudad de México, donde D’Alessio comenzó a cantar profesionalmente siendo una adolescente: su álbum debut, “Mi corazón es un gitano”, fue lanzado en 1971, como lo retrata su serie biográfica “Hoy voy a cambiar” de 2017.
“A cantarle, no quedaba de otra. Decía (mi padre) ‘si tú no trabajas no comes’”, dijo. “Era muy intenso. No como la bioserie, ahí está exagerado, pero sí era un hombre muy disciplinado. Teníamos que estar antes de tiempo, y eso se me quedó marcado: yo soy la primera en llegar y la última en irme, siempre”.
En el plano personal, D’Alessio pasó del rigor de su padre a un matrimonio tormentoso con el cantante mexicano Jorge Vargas, a quien conoció cuando ella tenía 17 años y él 31, durante la promoción de su primer álbum.
“Yo lloraba muchísimo porque no quería ser cantante; yo quería formar una familia, casarme, tener hijos, ser una mujer normal. Pero cuando me casé, no me tocó un hombre normal”, dijo D’Alessio.
La pareja enfrentó la muerte de su primogénito, Jorge, a los 28 días de nacido por una septicemia.
“El primer golpe de mi vida fue ese”, dijo la cantante, quien entones tenía 18 años. “Precioso el niño, se parecía mucho a mi papá, de ojo azul, pelirrojo, blanco... Lo tuve en mis brazos 10 días y de ahí al hospital. Fueron los días más duros de mi vida”.
El matrimonio eventualmente tuvo otros dos hijos: Jorge (1974) y Ernesto (1977). Entretanto, D’Alessio lanzó discos como “Mundo de juguete”, “Juro que nunca volveré” y “Vete de aquí”; actuó en telenovelas como “Ana del aire”, “Paloma” y “Pacto de amor” y en 1978 ganó el Festival OTI de la Canción interpretando “Como tú” de Lolita de la Colina, que la proyectó a la fama internacional.
Pero la violencia que Vargas infligía a D’Alessio hizo insoportable la relación para ella. Él la condicionó: si lo dejaba, no vería a sus hijos, que por entonces tenían 2 y 4 años.
“Dime una cosa, ¿te quedas con un hombre que te pegue o te vas?”, dijo la artista. “¿Qué haces? ¿Te quedas sin tu música, sin el sueño de ser una gran cantante? ... ¿Te quedas frustrada todo el tiempo por tus hijos, aunque tus hijos vean que te maltratan, o mejor me voy por mi música?”.
“No me quedó otra alternativa", señaló. "Tomé por la música y creo que fue la mejor decisión para mí”.
Una década después, sus hijos decidieron dejar a Vargas y se escaparon de su casa para irse a vivir con ella. El reencuentro, sin embargo, fue complicado: D’Alessio estaba casada con el músico mexicano César Gómez, con quien tuvo a su hijo menor, César, tras haber tenido breves matrimonios con el futbolista uruguayo Julio Canessa y el músico argentino Sabú.
“Fue una situación de celos, entre mis hijos, entre mi marido”, recordó. “No entendían en su mente por qué los mandé a Canadá a estudiar (a los mayores); ellos pensaban que los quería alejar”.
Al mismo tiempo, D’Alessio comenzó a desarrollar una adicción a cocaína que la tuvo enganchada por dos décadas. También pasó un par de semanas en prisión por problemas fiscales en 1993.
“No me siento orgullosa de muchas cosas que yo he hecho en mi vida, el lado oscuro, obviamente de eso no me siento nada orgullosa”, dijo. “No puedo ocultarlo. Lo que se sabe, se sabe”.
Cuando creía que no tenía salida, su hijo Ernesto, quien para entonces ya tenía su propia carrera como cantante y actor, la puso en camino a su rehabilitación apoyada de una fe renovada. Recordó que estaba sola en un apartamento que rentaba para hacer sus fiestas cuando pidió ayuda al no poder siquiera ponerse en pie. En un cajón encontró una tarjeta que le había dejado su hijo con el contacto de un pastor.
“Le llamé y me dijo: ‘Deja de consumir y voy para allá’”, dijo. “Yo le abrí la puerta a gatas al pastor, yo no me podía parar y él me levantó cuando me vio... Lo abracé y le dije: ‘Quiero recibir a Cristo, quiero que mi vida cambie’. Y ahí fue donde creo que él entró a mi corazón”, dijo conmovida.
Ahora vive encantada su etapa de abuela de ocho nietos y feliz de haber recuperado los derechos para grabar su propia música, medio siglo después de que se los arrebataran cuando firmó un contrato discográfico siendo aún una menor de edad.
A sus 68 años, D’Alessio se mantiene activa en la música. Su más reciente sencillo, “Ese hombre”, formará parte de un DVD en vivo desde la Arena Ciudad de México que se lanzará el 29 de abril, y el 23 de junio volverá al mismo recinto para un concierto con Paquita la del Barrio. También se presentará con la diva mexicana para el Día de las Madres el 10 de mayo en Puebla; el 12 de mayo en Oaxaca en la feria popular Guelaguetza, el 14 en Guadalajara y el 20 en Monterrey. Entre septiembre y noviembre estará de gira por Estados Unidos con la cantante mexicana María José “La Josa”, con conciertos en ciudades como Denver, Seattle, Nueva York y Chicago.
D’Alessio, quien en 2019 recibió el Premio a la Excelencia Musical de la Academia Latina de la Grabación, afirmó que el tema de su repertorio que mejor la define en este momento es “Mudanzas”.
“Es una canción que habla de que las mujeres podemos cambiar en cualquier momento”, dijo. “Ya no es la Leona Dormida; está más despierta que nunca, dicho sea de paso”.
Los Latin AMAs se transmitirán en vivo por Telemundo el jueves a partir de las 6 pm de México (2300 GMT). También podrán verse en el servicio de streaming Peacock, el canal de cable Universo y a través de las Américas por Telemundo Internacional.