La población de cocodrilos en Luisiana se está recuperando
Los cocodrilos en Luisiana se están reproduciendo aceleradamente, recuperándose después de estar al borde de la extinción y llevando a las autoridades a reducir la cantidad de animales que los criadores deben devolver a los pantanos
Los cocodrilos en Luisiana se están reproduciendo aceleradamente, recuperándose después de estar al borde de la extinción y llevando a las autoridades a reducir la cantidad de animales que los criadores deben devolver a los pantanos.
“En los últimos 50 años, la cantidad de nidos de cocodrilos en la zona ha aumentado, desde menos de 10.000 en las décadas de 1970 y 1980 hasta más de 60.000 en años recientes”, indicó la Comisión de Pesca y Vida Silvestre de Luisiana en un boletín publicado el miércoles.
“Este crecimiento ha permitido la existencia de una población que se puede sostener fácilmente con un número menor de devoluciones”, añadió.
La comisión está aceptando comentarios desde ahora y hasta el 4 de enero sobre su propuesta de disminuir la tasa de devoluciones de 10% a 5%.
Los reptiles no se reproducen mucho en cautiverio, por lo cual las autoridades permiten a los criadores sacar huevos de los nidos, siempre y cuando devuelvan un porcentaje de ellos.
La piel de lagarto se usa mucho en productos como correas, carteras y zapatos. La carne se usa en salchichas, bistecs, costillas, frituras y hasta cocodrilos enteros despellejados. Las patas se venden como “alitas de cocodrilos”.
Unos 1,2 millones de cocodrilos han sido devueltos a sus hábitats desde que se legalizó su cría en 1986, declaró el jueves Jeb Linscombe, director del área de cocodrilos del Departamento de Pesca y Vida Silvestre de Luisiana.
El porcentaje de devoluciones fue fijado en 17%, en base a estimados de que un 83% mueren antes de nacer o antes de alcanzar 1,2 metros (4 pies) de largo. En la naturaleza un cocodrilo de ese tamaño tendría unos 4 años, pero en cautiverio, debido a que la alimentación está garantizada, los animales tienden a crecer más rápido.
Entre depredadores y desastres naturales, un tercio de todos los huevos de cocodrilos se pierden. Las crías miden apenas unos 22 centímetros (8,5 pulgadas) y pesan unos 57 gramos (2 onzas), lo que los hace fácil presa de animales más grandes, a pesar de que la madre por lo general los acompaña en su primer año de vida.
La caza de cocodrilos casi hizo desaparecer la especie hasta que Luisiana la prohibió en 1962. Los lagartos fueron una de las primeras especies consideradas oficialmente en peligro de extinción en 1967, en la ley aprobada por el Congreso estadounidense que fue precursora de la Ley de Protección de Especies Amenazadas.