Irlanda del Norte paraliza controles en puertos por amenazas
Las autoridades en Irlanda del Norte suspenden los controles introducidos tras el Brexit en productos animales y retirado a los trabajadores de dos puertos debido a las amenazas contra el personal de fronteras
Las autoridades en Irlanda del Norte suspendieron los controles de productos animales introducidos tras el Brexit y retiraron a los trabajadores de dos puertos debido a las amenazas contra el personal de fronteras.
El gobierno de Irlanda del Norte anunció que se habían detenido las inspecciones en los puertos de Belfast y Larne “en interés del bienestar del personal”. La policía norirlandesa aumentó sus patrullas “para tranquilizar al personal y a la población local”, indicó Marc McEwan, jefe asistente de la policía.
Han aparecido pintadas en la zona de Larne, 32 kilómetros (20 millas) al nordeste de Belfast, que aluden a las tensiones en torno a Irlanda del Norte después del Brexit y describen a los trabajadores portuarios como “objetivos”. Los empleados también han reportado indicios de comportamiento sospechoso, como personas apuntando los números de matrícula de los autos.
El alcalde, Peter Johnston, dijo que se habían producido “pintadas muy preocupantes y un aumento considerable de las tensiones en la comunidad”.
Desde que Gran Bretaña abandonó la estructura económica de la Unión Europea al final de 2020 se han introducido controles aduaneros y veterinarios en las mercancías que se mueven entre Gran Bretaña y el bloque. Según los términos del divorcio entre Reino Unido y la UE, también hay controles en las mercancías británicas que llegan a Irlanda del Norte, que comparte frontera con Irlanda, miembro de la UE.
Mantener una frontera abierta entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda es un pilar clave del proceso de paz que puso fin a décadas de violencia en la región. Con Gran Bretaña fuera de la UE, la única forma de evitar los controles en esa frontera es mantener a Irlanda del Norte sujeta a algunas de las normas europeas, y por tanto imponer controles comerciales entre la región y el resto de Reino Unido.
La decisión ha encontrado oposición entre políticos unionista partidarios de Gran Bretaña, que dicen que supone poner una frontera en el Mar de Irlanda entre Irlanda del Norte y el resto de Reino Unido. La policía ha advertido que grupos británicos unionistas violentos podrían aprovecharse de las tensiones.
Ian Paisley, legislador del Partido Unionista Democrático, partidario de la pertenencia a Reino Unido, dijo que el Brexit ha trastocado “el delicado equilibrio en la comunidad que existe aquí”.
“Los que pensaban que podían imponer algo contra la voluntad de todos los unionistas están cosechando ahora el fruto de la división que sembraron”, añadió.
La sensibilidad de la situación de Irlanda del Norte volvió a hacerse patente la semana pasada, cuando la UE amenazó con prohibir los envíos de vacunas de coronavirus a Irlanda del Norte dentro de las maniobras para asegurar el suministro en el bloque. Eso habría marcado una frontera dura en la isla de Irlanda, exactamente el escenario que pretendía evitar el acuerdo de Brexit. Políticos británicos, irlandeses y norirlandeses expresaron su alarma por el plan, y la UE retiró la idea.