Futuro incierto para apicultores turcos tras incendios
Los incendios mortales de Turquía asestaron un gran golpe a la industria de la miel e incluso sus perspectivas a largo plazo parecen desoladoras
Poco dejaron a su paso los incendios en Turquía que convirtieron los verdes bosques en áridos montes cenizos. Los apicultores resienten mucho la destrucción, pues perdieron miles de colmenas, así como los pinos y los insectos de los que dependen sus abejas.
Doce días de incendios mortales han asestado un gran golpe a la industria de la miel en Turquía, e incluso sus perspectivas a largo plazo parecen desoladoras.
Casi todos los residentes de Osmaniye, un vecindario en el centro turístico de Marmaris en el suroeste de Turquía, se dedican a la apicultura. En un tiempo, sus colmenas apuntaban hacia las colinas verdes de la provincia de Mugla, en donde se ubica Marmaris, y proporcionaban el principal ingreso para muchas familias.
Ali Kaya, de 33 años, es un apicultor de segunda generación. Tras la muerte de su padre, se hizo cargo de la empresa de miel que su padre fundó en 1979. Pero esta semana, Kaya perdió 250 colmenas en Osmaniye debido a los incendios, además de todo el ecosistema del que dependen las abejas, así que comprar nuevas colmenas no resolverá su problema económico.
Dice que toda la región está conmocionada.
“No quedó nada aquí, no quedaron árboles. Animales calcinados. Las casas y techos de algunas personas están calcinados”, comentó. “No tengo idea de qué haremos. Nuestras mentes están confundidas, nuestra perspectiva mental, destruida. No podemos pensar con claridad aquí en Osmaniye”.
Los pinos rojos endémicos de Anatolia se extienden por la cadena montañosa de Tauro. Se pueden ver a lo largo de la costa de Turquía, desde el este del Mediterráneo hasta el mar Egeo, en el norte, incluido un gran número alrededor de Mugla. Los pinos ofrecen un hábitat acogedor para varios arbustos y crean un entorno ideal para las abejas.
Las abejas en Mugla producen una miel especial basada en pinos. A diferencia de la mayoría de la miel del mundo, que se crea del néctar de las flores, las abejas en Mugla recogen las secreciones del Marchalina hellenica, un insecto escama que vive en los pinos y se alimenta de su savia. Lo que dejan atrás, lo toman las abejas para hacer una miel nutritiva.
Los incendios en Turquía comenzaron el 28 de julio durante una intensa ola de calor y azotaron durante días más de la mitad de las provincias de Turquía. Para el domingo, todavía había algunos incendios en las provincias de Mugla, Aydin e Isparta. Al menos ocho personas murieron, así como una cantidad incontable de animales. Las aldeas y centros turísticos tuvieron que ser desalojados, y algunas personas tuvieron que huir a las playas para ser rescatadas por mar. Los incendios también amenazaban dos plantas termoeléctricas.
El gobierno turco ha prometido reconstruir los hogares quemados y compensar a los aldeanos por sus animales, además de proporcionar otra asistencia. Pero también ha sido criticado por su falta de aviones cisterna, mala planeación e incapacidad general para extinguir los incendios.