Extremo calor dificulta lucha contra incendios en EEUU
Los bomberos combaten voraces incendios en California y Oregon mientras una ola de calor ejerce intensa presión sobre la red eléctrica de la región
Los bomberos se esforzaban el lunes por combatir voraces incendios en California y Oregon mientras una ola de calor ejerce intensa presión sobre la red eléctrica de la región.
California sufría su peor incendio del año, una columna de fuego que ha chamuscado unos 348 kilómetros cuadrados (134 millas cuadradas) en la frontera con Nevada Las autoridades pidieron a la población a consumir la menor cantidad de electricidad posible a fin de evitar apagones.
En Oregon, el incendio abarcaba 580 kilómetros cuadrados (224 millas cuadradas) en el Bosque Nacional Fremont-Winema cerca del poblado Sprague River. Las llamas afectaron el servicio eléctrico que proporciona 5.500 megavatios a la vecina California.
En Washington, un incendio abarcaba 155 kilómetros cuadrados (60 millas cuadradas), mientras que en Idaho, el gobernador Brad Little despachó a la Guardia Nacional
Los incendios ocurren en medio de una devastadora ola de calor que afecta a todo el occidente de Estados Unidos, en medio de una de las peores sequías jamás vistas en esa región.
El domingo, los bomberos soportaron temperaturas de 38 grados centígrados (100 grados Fahrenheit) pero lograron avanzar contra el incendio entre California y Nevada que quedó contenido en un 20%.
La noche del sábado las llamas obligaron a cerrar la Carretera 395, cerca del poblado de Doyle en California. La vía fue reabierta el domingo, pero las autoridades pidieron cautela a los conductores ya que aún había focos de fuego en algunos trechos.
“No se paren a tomar fotos”, pidió el jefe de bomberos Jake Cagle. “Si frenan para mirar lo que está pasando, nos van a impedir hacer nuestra labor”.
Cagle indicó que varias estructuras se quemaron en Doyle, pero no dio la cifra exacta. Bob Prary, gerente del bar Buck-Inn en ese poblado de 600 habitantes, afirmó que por lo menos seis viviendas quedaron destruidas por las llamas el sábado. El domingo, añadió, perduraban algunas llamaradas y las haciendas de la zona corrían peligro.