Evacúan a algunos ucranianos de acería en ruinas en Mariúpol
Varias mujeres y niños son evacuados de una planta siderúrgica que es el último reducto defensivo en las bombardeadas ruinas de la ciudad portuaria de Mariúpol, según un funcionario ucraniano y medios estatales rusos, aunque se cree que cientos siguen atrapados con escasa comida, agua o medicinas
Varias mujeres y niños fueron evacuados de una planta siderúrgica que es el último reducto defensivo en las bombardeadas ruinas de la ciudad portuaria de Mariúpol, según dijeron un funcionario ucraniano y medios estatales rusos, aunque se creía que cientos seguían atrapados con escasa comida, agua o medicinas.
Tras varios intentos fallidos, Naciones Unidas trabajaba para negociar una evacuación de los hasta mil civiles recluidos en la amplia planta de Azovstal, construida en la era soviética. Ucrania no ha dicho cuántos combatientes permanecen en la planta, la única parte de Mariúpol que no está ocupada por fuerzas rusas, aunque Moscú dice que son unos 2.000. Se estima que en la ciudad quedan unos 100.000 civiles.
El vocero humanitario de Naciones Unidas Saviano Abreu explicó que la organización negocia con autoridades en Moscú y Kiev, aunque no podía dar detalles sobre los esfuerzos “debido a la complejidad y fluidez de la operación”.
“Ahora mismo hay en marcha contactos de alto nivel con todos los gobiernos, Rusia y Ucrania, para asegurarnos de que podemos salvar a los civiles y respaldar la evacuación de civiles de la planta”, dijo Abreu a AP. El vocero declinó confirmar imágenes de video compartidas en medios sociales que supuestamente mostraban vehículos identificados de la ONU en Mariúpol.
Ucrania ha atribuido el fracaso de los numerosos intentos de evacuación a los constantes ataques rusos.
En la localidad de Lyman, en la región de Donetsk, donde al menos la mitad de la población ha huido de bombardeos rusos, unos 20 ancianos y niños aferraban bolsas, a sus perros y gatos para subir a un minibús con un cartel que decía “evacuación de niños” en Ucraniano. El vehículo salió a gran velocidad hacia la ciudad de Dnipro, mientras se oían explosiones lejanas.
“Los liberadores han venido y nos han liberado, ¿de qué? ¿De nuestras vidas?”, dijo Nina Mihaylenko, profesora de lengua y literatura rusa, en alusión a las fuerzas rusas.
Galina Zuev y su esposo, Aleksander, decidieron quedarse, reacios a abandonar el lugar donde han pasado toda su vida.
“No vivo muy bien. Aquí hay una guerra. Atacan todo el tiempo. Las ventanas de nuestra casa han reventado. Hay misiles en los jardines”, dijo Galina, de 68 años. “Da miedo”.
Las fuerzas rusas han emprendido una gran operación militar para tomar partes significativas en el sur y el este de Ucrania, el corazón industrial del país. Fuerzas ucranianas combatían el sábado pueblo a pueblo para frenar la ofensiva rusa.