España lanza ofensiva por crucial suministro de gas argelino
España lanza una ofensiva diplomática para preservar su crucial suministro de gas natural argelino luego de que los precios energéticos se dispararon en todo el mundo
España lanzó el jueves una ofensiva diplomática para preservar su crucial suministro de gas natural argelino, luego de que los precios energéticos se dispararon en todo el mundo y mientras las relaciones deterioradas entre Argelia y Marruecos amenazan con alterar la cadena de suministro de gas en África del Norte.
En la medida más reciente para cortar sus lazos comerciales y diplomáticos con el vecino Marruecos, Argelia planea cerrar el ducto que suministra cerca de la mitad del gas natural argelino importado por España vía Marruecos.
Un acuerdo de distribución por 25 años termina el 31 de octubre.
Argelia ha indicado que seguiría suministrando gas a España a través de otro gasoducto que cruza el Mar Mediterráneo y llega directamente a la Península Ibérica, así como por medio de embarcaciones que transportan gas natural licuado (GNL).
Sin embargo, es probable que cualquier perturbación incremente los costos para España. Su dependencia del gas argelino ha aumentado en los últimos años y ahora representa la mitad de todas sus importaciones de gas.
El ministro español del Exterior, José Manuel Albares, realizó una visita apresurada a Argel, donde planeaba reunirse el jueves con el ministro argelino de Relaciones Exteriores, Ramtane Lamamra.
El viaje no había sido programado y el ministro Albares lo anunció a inicios de esta semana.
La visita se da al tiempo que el gobierno español, y particularmente Albares, tratan de restablecer los lazos con Marruecos, el rival regional de Argelia.
Las relaciones entre España y Marruecos llegaron a su punto más bajo en mayo respecto a los puntos de vista de ambos países en cuanto el futuro de Sahara Occidental, una excolonia española que fue anexada por Marruecos y que Naciones Unidas considera que debería ser descolonizada.
El gobierno español de antemano ha estado batallando para amortiguar el impacto doméstico del aumento de los precios al por mayor del servicio eléctrico, resultado de una creciente competencia mundial por el gas natural y los cuellos de botella en las cadenas de distribución de los productores más importantes del mundo.