EEUU tiene plan para poner fin a límites al asilo
El gobierno estadounidense tiene esbozado un plan para levantar el 23 de mayo los límites a los pedidos de asilo en la frontera con México, que fueron impuestos para evitar el contagio del COVID-19, dicen fuentes allegadas al tema
El gobierno estadounidense tiene esbozado un plan para levantar el 23 de mayo los límites a los pedidos de asilo en la frontera con México, que fueron impuestos para evitar el contagio del COVID-19, informaron fuentes allegadas al tema.
La decisión, que no es definitiva todavía, acabaría el uso de razones de salud pública para absolver a Estados Unidos de sus obligaciones, bajo las leyes nacionales y tratados internacionales, de otorgar asilo a víctimas de persecución.
Levantar esas limitaciones en mayo le daría a los agentes fronterizos tiempo para prepararse, indicaron los funcionarios. Sin embargo, la demora sigue siendo inaceptable para algunos demócratas y activistas, quienes denuncian que Estados Unidos está usando la pandemia como excusa para eludir sus obligaciones en el tema de asilo.
La decisión, por otra parte, despierta la posibilidad de que más migrantes traten de cruzar la frontera en una época en que la cantidad de migrantes allí ya es alta. El Departamento de Seguridad Nacional informó el martes que unos 7.100 migrantes están tratando de cruzar cada día, comparado con un promedio de 5.900 en febrero y una cifra que va encaminada a igualar o superar los récords alcanzados en años previos.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) a fines de enero prorrogaron por otros dos meses la decisión de bloquear los asilos. La decisión tendría que ser renovada esta semana, pero el gobierno no ha tomado una decisión definitiva y se espera un anuncio en los próximos días.
Las fuentes al tanto del tema leyeron el borrador de un reporte sobre la medida. Hablaron a The Associated Press a condición de anonimato al no estar autorizadas para hablar públicamente del asunto.
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Dearen reportó desde Nueva York y Spagat desde San Diego. Contribuyeron los corresponsales Michael Balsamo y Zeke Miller en Washington.