Dos marinos ayudan a rescatar migrantes tras naufragio
Un marino y un aspirante a Navy SEAL desafían un fuerte oleaje para rescatar a nado migrantes cuya embarcación naufragó frente a la costa de EEUU
Cale Foy acababa de iniciar una caminata con su esposa y sus tres hijos, como hacen todos los domingos, cuando vio lo que parecía un pesquero abandonado que se acercaba a la costa rocosa de San Diego impulsado por olas de 1,5 a 2,4 metros (cinco a ocho pies).
Poco después una ola hizo que el barco se estrellase contra unas rocas y Foy vio que había personas que eran arrojadas o se tiraban al mar mientras el barco se hacía pedazos.
“Vi que la gente se tiraba en medio de semejante oleaje, junto a las rocas, y me dije: “Tengo que ir allí. Tengo que ayudar”, relató Foy.
Este miembro de la Armada especializado en rescates en el agua corrió hacia la costa para participar en lo que terminó siendo la misión de rescate más dramática en sus 17 años en la Armada. Una embarcación con migrantes repleta con 32 personas a bordo se había volteado y despedazado, lanzando a sus pasajeros a aguas traicioneras.
Tres personas murieron y dos migrantes mexicanos están hospitalizados, uno de ellos en estado grave, según Carlos Gutiérrez González, cónsul general de México en San Diego.
Todos los ocupantes del barco, con excepción de dos, eran mexicanos sin permiso para residir en Estados Unidos Había dos guatemaltecos, también sin papeles, y un ciudadano estadounidense que fue identificado como el piloto, según el servicio de Aduanas y Protección Fronteriza. Entre las personas rescatadas hubo un chico de 15 años y una muchacha quinceañera. Los dos fueron ubicados en albergues, indicó Gutiérrez González.
Foy y otro joven marino que estaba caminando, quien está haciendo el entrenamiento básico de la unidad de elite Navy SEAL, fueron de los primeros en responder.
“Vimos muchos escombros y mucha gente en el agua, y no había nadie ayudando, salvo dos o tres guardabosques y tres o cuatro civiles con el agua por los tobillos que trataban de dar una mano”, dijo Foy.
Foy, quien es instructor de rescates en el agua en la Armada, le preguntó al otro marino si era capaz de manejar el alto oleaje y el muchacho le dijo que sí. Los dos se pararon por un momento en un sitio alto para ver lo que estaba sucediendo antes de “planificar” lo que iban a hacer.
“Oíamos gritos desesperados, era un caos”, dijo Foy, agregando que los pedidos de auxilio eran ahogados por el ruido de las olas que se estrellaban contra las rocas.
Foy y su compañero ayudaron a dos migrantes a llegar a la costa antes de internarse en el mar. Luciendo camiseta, pantalones y botas para terrenos escarpados, Foy corrió hacia las olas y probó fortuna tratando de pasar por abajo, rezando para que no lo estrellasen contra las rocas bajo el agua.
Cuando Foy y su compañero lograron rebasar la línea de las olas, se encontraron con un enorme pedazo de la cabina de la embarcación y se aferraron a ella para recuperar el aire.
Acto seguido Foy le dio a su compañero una rápida lección de cómo rescatar gente en el mar. Le dijo que la gente a menudo cae presa del pánico y hunde al rescatista. Le recomendó que tratase de asir a los migrantes por la espalda, de la ropa o del chaleco salvavidas, y llevarlos hacia los restos flotantes del barco, para que pudiesen aferrarse y flotar hasta que lleguen a rescatarlos.
Los dos se dirigieron hacia el sector de dónde venían los gritos.
Ayudaron a tres hombres a llegar a los restos del barco.
Después Foy vio una mujer boca abajo con un chaleco salvavidas. Estaba inconsciente.
Foy usó su cuerpo para mantener la cabeza de la mujer fuera del agua y la montó sobre su pecho mientras nadaba hacia los restos del barco. La fijó a los escombros y los arrastró hacia un bote salvavidas que acababa de llegar.
La subió al bote, se subió él y le dio primeros auxilios mientras el bote navegaba entre el oleaje.
Foy permaneció en el bote salvavidas y al llegar a tierra siguió dándole primeros auxilios a la mujer por 20 minutos.
A pesar de sus esfuerzos, la mujer falleció, según dijo.
Foy permaneció otras dos horas en el muelle, ayudando a atender a los migrantes que traía el bote salvavidas.
En total, Foy y su compañero rescataron a seis migrantes. Cuatro de ellos sobrevivieron.
“Fuimos y tratamos de ayudar en lo que pudiésemos”, dijo Foy.
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El reportero de la AP Elliot Spagat colaboró en San Diego.