Colombia: víctimas de secuestro piden a ex FARC la "verdad"
Víctimas de secuestro en Colombia se encuentran con antiguos miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), quienes fueron sus captores, en un espacio que buscaba la reconciliación y el reconocimiento de responsabilidad por 21.300 secuestros en todo el país
Víctimas del secuestro en Colombia se encontraron frente a frente con quienes fueron sus captores el miércoles y les pidieron contar la “verdad” de lo sucedido durante el conflicto en un evento que buscaba la reconciliación y el reconocimiento de responsabilidad por parte de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), quienes firmaron un acuerdo de paz con el gobierno en 2016.
“Nunca hubiera imaginado, en lo profundo de mi cautiverio, que un día tendría la posibilidad de un diálogo humano con mis antiguos captores... Podemos decir que el amor es más grande, que hay esperanza y si hay esperanza hay futuro”, dijo la excandidata presidencial Íngrid Betancourt, radicada en Francia y quien llegó a Colombia para reunirse por primera vez desde su rescate con exjefes de las FARC, grupo guerrillero que la mantuvo en cautiverio seis años y cuatro meses.
El espacio fue convocado por la Comisión de la Verdad, entidad sin funciones judiciales encargada de ayudar a esclarecer el largo conflicto colombiano. “Queremos limpiar este acto de cualquier sesgo de cinismo irresponsable y fatal, que nada tenga de apariencia o de montaje o de exculpación de responsabilidad”, indicó durante la apertura del evento el sacerdote Francisco de Roux, presidente de la comisión.
“Yo de pronto no puedo perdonar o de pronto puedo perdonar, no sé qué va a pasar, pero lo que no voy a hacer es olvidar todas las atrocidades que se han cometido”, dijo visiblemente emocionado Roberto Lacouture, quien fue secuestrado en 1989 al norte del país y aunque aseguró que no está de acuerdo con el acuerdo de paz que se firmó, aceptó acudir al encuentro y les pidió a las FARC que “digan la verdad”.
Los excombatientes de las FARC debían reconocer su responsabilidad ante las víctimas y sus familiares por secuestrar a más de 21.300 personas en todo el país. “Nos presentamos aquí, con la frente inclinada y el corazón en la mano… lo sentimos de veras y esperamos que alguna vez puedan perdonarnos por el incalificable daño infligido”, indicó Rodrigo Londoño, alias “Timochenko”, el último comandante de las FARC y ahora líder del partido político Comunes, conformado por excombatientes.
Betancourt aseguró que todavía persiste una distancia entre las víctimas y los excomandantes de las FARC, de quienes esperaba más explicaciones y arrepentimiento. “Oí con emoción el relato de mis hermanos de dolor. Los vi llorar y he llorado con ellos -me cuesta trabajo no seguir llorando-, pero debo confesarles que me sorprende que nosotros de este lado del escenario estemos todos llorando y que del otro no haya habido una sola lágrima”, dijo.
Horas antes del encuentro, Betancourt dijo en una entrevista con The Associated Press que esperaba “que les duela el alma” a sus captores para así poder llegar a “respetarlos”.
Betancourt fue secuestrada el 23 de febrero de 2002 cuando se encontraba en campaña política y fue rescatada en junio de 2008 en la Operación Jaque, en la que sin un solo disparo el Ejército engañó a las FARC con una operación humanitaria ficticia tras infiltrar sus comunicaciones secretas y rescató, además, a tres militares estadounidenses y 11 miembros de la fuerza pública colombiana que llevaban hasta una década secuestrados.
Las ex FARC reconocieron por primera vez su responsabilidad por el secuestro en septiembre de 2019. En abril de 2021 aceptaron la imputación por crímenes de lesa humanidad en el caso del secuestro que cursa en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), tribunal encargado de juzgar los hechos del conflicto interno.
“Yo preguntaba por qué me habían secuestrado y me decían que eran políticas de las FARC, pero estar amarrado en un palo y un guardia con un fusil ahí, eso para uno es terrible. No saben el dolor”, dijo a los excomandantes Armando Acuña, sobreviviente del secuestro.
Las investigaciones de la JEP han concluido que las FARC sometieron a sus víctimas a torturas, violencia sexual, desplazamiento forzado y atentados contra su dignidad personal. El secuestro fue utilizado para financiar sus operaciones con el dinero que les pedían a las familias de las víctimas para liberarlos, forzar el canje por guerrilleros que se encontraban presos y controlar territorios.
Al final del encuentro, Betancourt pidió parar el “círculo vicioso de violencia” cuando en Colombia las manifestaciones antigubernamentales se han tornado violentas durante el último mes y han dejado al menos 40 muertos y más de 2.300 heridos.
“El valor de este encuentro reside, entonces, que entre quienes actuaron como señores de la guerra y quienes los padecimos... nos levantamos al unísono ante Colombia para decirle al país que la guerra es un fracaso, que solo ha servido para que nada cambie y para seguir postergando el futuro de nuestra juventud”, indicó Betancourt.